Créditos de movilidad para luchar contra las emisiones de CO2
El modelo de «créditos de movilidad» representa un nuevo paradigma en el transporte sostenible que da un toque de atención a los responsables de transportes, viajeros y proveedores de tecnología acerca de las realidades del cambio climático y la necesidad de aplicar políticas al respecto. Este modelo consiste en establecer niveles máximos de emisión de GEI, sobre todo de CO2, para definir el número de «créditos» que puede gastar un viajero. Este revolucionario modelo fue presentado por el proyecto Democritos, financiado con fondos comunitarios, y abre la puerta a nuevas alternativas para la movilidad y el transporte ecológico. Actualmente, para resolver los retos más importantes que plantea esta cuestión, no basta con lograr que los ciudadanos comprendan el concepto de sostenibilidad. El modelo de créditos de movilidad puede ser una forma eficaz de hacer que los ciudadanos adopten prácticas sostenibles, ya sea mediante una herramienta pedagógica opcional o mediante un sistema comunitario o nacional de carácter obligatorio. Para alcanzar sus objetivos, el equipo del proyecto definió el modelo de créditos de movilidad y su base teórica. Extrapoló los efectos a largo plazo tanto en el clima como en los niveles de contaminación local y en la congestión. Asimismo, se publicó un sitio web que permite a los ciudadanos simular el uso del sistema de créditos de movilidad en cuatro ciudades de prueba y difundió sus objetivos a través de diversos canales, incluyendo boletines informativos. Con esto, los ayuntamientos y las autoridades regionales que participaron en el proyecto disponen de nuevas herramientas para el control de las emisiones, lo que les permite hacer frente al problema del cambio climático y la dependencia energética. De hecho, este sistema, que puede aplicarse a todos los medios de transporte, insta a la industria y a los ciudadanos a trabajar a favor de la eficiencia y la limpieza. Democritos hace que en lugar de gravar el acceso al transporte se cobre por el uso que se haga de la energía, haciendo que los ciudadanos se comprometan de forma mucho más activa en la lucha contra los retos más acuciantes que presenta el cambio climático. Se espera que este sistema propicie avances importantes hacia la redefinición del Protocolo de Kioto y el cumplimiento de los ambiciosos objetivos de reducción de emisiones. En un futuro próximo proporcionará a los responsables políticos y a las autoridades públicas una serie de soluciones ingeniosas para que el mundo sea un lugar más sano y sostenible.