El turismo europeo se suma a la sostenibilidad
El turismo sostenible podría ser la respuesta para contrarrestar el impacto derivado del turismo de masas sobre los destinos vacacionales más populares de Europa. A su vez, podría servir para reafirmar las tradiciones locales, proteger el medio ambiente y estimular el empleo local. Para adoptar este enfoque resulta necesario que la investigación y el desarrollo a este respecto resulten adecuados y que se materialicen en políticas eficaces para el desarrollo regional. En esto consistía el propósito del proyecto «European research network on sustainable tourism» (ERNEST) , financiado por la Unión Europea. El proyecto orquestó una estrategia para coordinar programas de investigación en materia de turismo sostenible en catorce regiones y articuló medidas de protección y prevención con el fin de preservar los destinos turísticos europeos. La iniciativa se centró en conservar la belleza de dichos destinos y en la creación de experiencias asociadas a los mismos gracias a promover el intercambio en esta esfera entre sus socios. Las regiones participantes, como puedan ser la Toscana en Italia, Aquitania en Francia y Élide (Ilía) en Grecia sumaron su conocimiento al de otras de Dinamarca, Hungría, España, Eslovaquia y Gales. El consorcio, en el que estaban representados un total de nueve países, se embarcó en actividades conjuntas y en intercambios de conocimiento con el fin de establecer una visión a largo plazo relativa a la sostenibilidad. El proyecto analizó tanto la dinámica en torno a la sostenibilidad y a la competitividad en el turismo como la innovación a través de la investigación. También la necesidad de estimular la economía sin menoscabar el patrimonio natural y cultural. En términos más concretos, los socios estudiaron las políticas existentes en materia de desarrollo regional y programas relativos al turismo sostenible, amén de documentar cerca de ochenta buenas prácticas relacionadas con dicho dominio. La iniciativa puso sus miras en cuestiones como el impacto producido por el transporte, la calidad de vida de los residentes habituales, el consumo de energía, la utilización de los recursos y la gestión de residuos. Asimismo, se consideró que la conservación del patrimonio, de la identidad y de la cultura de las regiones era de suma importancia a la hora de desarrollar buenas prácticas. Uno de los resultados obtenidos consistió en un informe que versaba sobre políticas, estrategias, programas y capacidades a escala regional en el que se ofrecían datos estadísticos e información gráfica recogidos por la totalidad de los socios del consorcio. Otro no era sino una comparativa interregional del turismo y los programas de turismo sostenible propios de las distintas regiones. Entre los principales logros de ERNEST también se incluyeron la realización de visitas de estudio, el desarrollo de las capacidades, la organización de talleres y los preparativos para una convocatoria conjunta de proyectos financiados por la Unión Europea. Al auspicio de dicha convocatoria se dotó con fondos a diversos proyectos de interés que abordaban temas como el grado de accesibilidad de las playas, la ecología litoral, la electromovilidad en relación con el turismo urbano y la conservación de los baños termales. Cabe también destacar una potente herramienta en línea, NETJAC, utilizada para promover actividades conjuntas, programas de investigación y la adopción de buenas prácticas. La plataforma en línea propicia el diálogo, las visitas de naturaleza virtual e incluso la elaboración de clasificaciones referentes a las experiencias aparejadas a los diversos destinos. Sin lugar a dudas, ERNEST ha impulsado el desarrollo sostenible, ha mejorado la colaboración en red y ha contribuido a estructurar mecanismos de financiación en este campo.
Palabras clave
Turismo sostenible, turismo de masas, tradiciones locales, empleo local, desarrollo regional, patrimonio cultural, consumo de energía, gestión de residuos, ecología litoral, electromovilidad, turismo urbano, baños termales
