Los incendios forestales en la Europa del futuro
La prevalencia de incendios forestales ha aumentado en las últimas décadas, sobre todo en las zonas periurbanas, debido a la combinación de diversos factores cambiantes, tales como el uso del suelo y el clima. Se espera que las predicciones de aumento de sequedad acarreen un incremento general del riesgo de incendios forestales, pero será necesario abordar una labor ingente de investigación para estar en disposición de realizar predicciones específicas a nivel local. Precisamente éste fue el objetivo que se marcó el proyecto FUME, que contó con financiación de la UE durante tres años desde su inicio a comienzos de 2010. Dicho consorcio aglutinaba un total de treinta y dos miembros, entre los cuales se contaban siete socios de países no europeos que cuentan con territorios propensos a sufrir incendios. El propósito de dicho proyecto consistía en analizar de qué forma interactúan entre sí los factores climáticos, bióticos y sociales y qué efecto combinado generan en los incendios forestales, así como en evaluar hasta qué punto los cambios en la acción humana alteran dichos riesgos. Dicho propósito se plasmó en una estrategia que constaba de tres puntos: documentar los episodios de incendio recientes, realizar un modelado del impacto que generan el uso del suelo y la cobertura terrestre, así como evaluar las posibilidades de adaptación a nuevas condiciones. Dicho grupo concluyó que se han ido produciendo cambios en los episodios de incendio de los países mediterráneos en la medida en que sus paisajes han ido sufriendo modificaciones a su vez. Los incendios tuvieron lugar en aquellas zonas que contaban con condiciones de riesgo, si bien de un modo desigual, y las áreas que habían sufrido los episodios más recientes eran aquellas que presentaban el mayor índice de riesgo de incendio. La interfaz (o zona de contacto) urbano-forestal concentra el mayor riesgo, y dicho proyecto desarrolló métodos para el modelado del riesgo de incendio. Tanto los factores socioeconómicos como los climáticos (sobre todo las sequías anómalas) fueron importantes factores predictivos. Por lo general, las condiciones climáticas habían reducido el valor de riesgo de incendio en el sur de Europa. FUME modeló el uso futuro del suelo y la cobertura terrestre en dichas regiones y demostró que el riesgo de incendio dependerá de las decisiones que se adopten en materia de ordenación del territorio. Existen ciertos escenarios climáticos que podrían generar un aumento significativo del riesgo de incendio, si bien, en otros casos, dicho riesgo podría disminuir. Europa del Este podría llegar a convertirse en una nueva zona de alto riesgo. El cambio climático probablemente repercutirá en la capacidad de regeneración de las especies vegetales mediterráneas, aunque resulta difícil generalizar. Por último, este grupo de investigación llegó a la conclusión de que los bosques mediterráneos de pinares requerirán una gestión activa para mejorar su resiliencia. Dicho equipo recomendó diversas acciones e instó a integrar la investigación, las políticas y la gestión a fin de disminuir el riesgo de incendio. El proyecto FUME cumplió con su cometido de estudiar los escenarios más probables de riesgo de incendio que afectarán a Europa en el futuro. Asimismo, dicho grupo recomendó diversas opciones en materia de prevención de incendios.
Palabras clave
Incendio forestal, clima, socioeconomía, zonas periurbanas, uso del suelo, cobertura terrestre