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Roman Cements for Architectural Restoration to New High Standards

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Buenas noticias para los restauradores de tesoros arquitectónicos

El cemento de fraguado rápido o cemento romano, un material popular en el pasado con el que se crearon algunos de los mejores edificios de Europa, está cobrando renovado interés gracias a una iniciativa financiada por la Unión Europea.

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Los socios del proyecto «Roman cements for architectural restoration to new high standards» (ROCARE) se propusieron reintroducir el uso de este material de construcción histórico asociándolo a técnicas de fabricación modernas. El objetivo principal eran los edificios del siglo XIX y principios del XX y determinados ámbitos de la construcción moderna como estucados y pavimentos con gran capacidad de difusión del vapor de agua. Los investigadores realizaron pruebas de laboratorio para investigar detalladamente el mecanismo subyacente a la hidratación del cemento y las condiciones óptimas para el procesamiento y la manipulación de morteros. El proyecto también pretende aumentar las posibilidades comerciales de la tecnología del cemento romano y su afianzamiento como material de construcción. Los métodos de producción utilizados para fabricar cementos romanos abarcaban desde los hornos verticales artesanales alimentados con leña, a pequeña escala, hasta los hornos rotatorios industriales a gran escala. Los investigadores analizaron los cementos y los utilizaron para realizar pruebas de morteros y pruebas sobre el terreno. Los resultados mostraron que se podrían producir, para diversos sectores del mercado, cementos romanos con diferentes propiedades capaces de igualar su rendimiento histórico y de cumplir con el estándar ROCARE. Los socios del proyecto también desarrollaron una técnica que permite almacenar argamasas desactivadas durante largos períodos de tiempo previos a la producción final del mortero. A continuación, se pusieron en contacto con una empresa para que ésta desarrolle la tecnología necesaria para producir morteros desactivados premezclados de fábrica. Por otra parte, los miembros del consorcio crearon una base de datos que recopila propiedades para una amplia gama de morteros de cemento romano que permitirá establecer comparaciones con otros tipos de morteros utilizados por los conservadores de construcciones. Los investigadores desarrollaron y revisaron normas europeas basada en los métodos de producción estandarizados de reciente creación y que son válidas para toda la gama de cementos romanos. Gracias a las mismas, los socios del proyecto generaron datos suficientes para fundamentar una nueva norma para el cemento romano ROCARE, que prepararon y pusieron a disposición del público interesado. La arena es un componente vital de los morteros, así que los investigadores estudiaron cómo afectaban diferentes fracciones de arena al rendimiento del mortero, especialmente en lo que se refiere a la contracción. También diseñaron morteros híbridos que comprenden cemento romano y diferentes tipos de cal. Los miembros del consorcio analizaron asimismo la influencia del sustrato en el rendimiento del mortero, lo que permite comprender por qué el mortero histórico puede ser mejor si se lo compara con la formulación de mortero utilizada para la reparación. El estudio del agrietamiento de contracción, un fenómeno comúnmente observado en los morteros históricos, permitió a los investigadores desarrollar un modelo que examina la relación entre la contracción incontrolada y la resistencia a la tracción. Los resultados del modelo se verificaron mediante pruebas prácticas. Gracias a los estudios de hidratación y de control de la alcalinidad se pudo esclarecer la trayectoria de hidratación de los diversos tipos de cemento romano. Uno de los resultados más destacados de ROCARE es ​​un manual que reúne las mejores prácticas para la aplicación de los cementos romanos y que se encuentra disponible en el sitio web del proyecto. En él se explica cómo utilizar la tecnología del cemento romano en diversos ámbitos de aplicación, lo que lo convierte en una herramienta clave para el desarrollo de un mercado para el producto. El éxito del consorcio ROCARE no sólo ayudará a la conservación del patrimonio arquitectónico de Europa, sino que también fomentará la creación de puestos de trabajo relacionados con el mantenimiento, la restauración y la reconstrucción de las fachadas de los edificios históricos.

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