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Regeneration of Cardiac Tissue Assisted by Bioactive Implants

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Regeneración cardiaca mediante implantes bioactivos

La insuficiencia cardiaca (IC) es un problema de salud pública de primer orden en los países desarrollados. Bajo los auspicios de la Unión Europea, un consorcio de laboratorios desarrolló un nuevo tratamiento con células madre para curar la cicatriz del infarto de miocardio.

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La insuficiencia cardiaca es la última consecuencia de las enfermedades cardiovasculares y normalmente se debe a la presencia de una cicatriz de grandes dimensiones producida por un infarto de miocardio. Las estrategias terapéuticas que limitan la remodelación postisquémica en pacientes de IC evitan la dilatación ventricular y mantienen el soporte estructural necesario para una adecuada contracción de los cardiomiocitos. Actualmente se investigan tratamientos consistentes en injertar células miocárdicas o células madre en los ventrículos infartados para promover la regeneración del tejido miocárdico. La mayoría de las células implantadas mueren poco después del trasplante debido a las condiciones de hipoxia en el tejido isquémico receptor. El principal objetivo del proyecto «Regeneration of cardiac tissue assisted by bioactive implants», financiado con fondos comunitarios, era desarrollar una nueva terapia celular para curar la cicatriz provocada por el infarto de miocardio. Los artífices de esta iniciativa se propusieron diseñar un prototipo de implante bioactivo para enviar células madre al tejido cardiaco dañado mediante modelos animales de roedor y oveja. Para desarrollar el implante bioactivo, combinaron nanofibras peptídicas autoensambladas, membranas elastoméricas y células madre derivadas de tejido adiposo (CMTA). Este parche bioactivo de células madre contribuyó eficazmente a la supervivencia de las células, su distribución y su migración al tejido isquémico. Para poner en práctica este planteamiento teórico se realizó un experimento con dos modelos animales de infarto, uno de pequeñas dimensiones (ratón) y otro de gran tamaño (oveja). Tanto en el ratón como en la oveja las células implantadas migraron y se integraron con éxito en el tejido cardiaco. Para comprobar la efectividad del sistema se emplearon células madre precardiacas portadoras de genes marcadores (como la luciferasa) bajo control transcripcional de un promotor de un marcador cardiaco específico. Los estudios con animales de grandes proporciones dejaron patente que un tratamiento de seis meses con implantes bioactivos tras el infarto es suficiente para reducir la cicatriz y restablecer las dimensiones ventriculares, pudiéndose apreciar una mejora funcional en la fracción de expulsión. El consorcio adoptó una estrategia adecuada de protección mediante patente de sus hallazgos y de la plataforma desarrollada (USSN 61/327,864). Se han publicado varios artículos, a los que seguirán otros que se encuentran actualmente en proceso de elaboración. Durante los tres años de duración del proyecto sus miembros participaron en varios encuentros, congresos y simposios nacionales e internacionales. Gracias a RECATABI fue posible desarrollar una plataforma para una nueva estrategia terapéutica que permite curar las cicatrices crónicas que dejan como secuela los infartos de miocardio. Con toda probabilidad, este nuevo implante bioactivo mejorará la esperanza y la calidad de vida de las personas afectadas por esta enfermedad.

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