Producción de neurotoxinas para estudiar el sistema nervioso
Los caracoles marinos del género Conus, llamados vulgarmente conos, producen un veneno que contiene más de un centenar de neurotoxinas distintas en cada especie. Estas neurotoxinas ejercen distintas clases de efectos en sus presas. La disponibilidad de un sistema que permita producir y purificar de forma sencilla estas toxinas facilitará el estudio de sus dianas, muy frecuentemente los canales iónicos de las células nerviosas. En el marco del proyecto financiado con fondos europeos «Functional characterization of neuroactive toxins using an engineered bacterial type-III secretion system» (CONOTOX) se creó precisamente un sistema rápido para la producción y purificación de neurotoxinas. Sus investigadores están manipulando la bacteria Salmonella enterica para que secrete neurotoxinas en su entorno de cultivo, donde resulta sencillo purificarlas y evaluarlas. Para alcanzar esta meta, el grupo investigador estudió maneras de mejorar la secreción en S. enterica. Con los resultados crearon una cepa modificada de S. enterica con una secreción proteica mejorada (nótese que las neurotoxinas son péptidos, es decir, proteínas de tamaño pequeño). Este método se probó con una neurotoxina modelo (la toxina causante del tétanos), comprobándose que es un sistema eficaz para la producción de neurotoxinas. Seguidamente, los investigadores se valdrán de este sistema para producir neurotoxinas como las generadas por los conos. Crearán una biblioteca del ADN de moléculas de neurotoxinas, producirán y purificarán los péptidos de las neurotoxinas y realizarán un cribado conforme a su efecto en los canales iónicos de las células nerviosas. La función de los canales iónicos es una parte determinante, y sin embargo poco conocida, del sistema nervioso de los seres vertebrados. CONOTOX producirá una amplia variedad de neurotoxinas que puede utilizarse para conocer más a fondo los canales iónicos y su funcionamiento.