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Contenido archivado el 2023-04-12

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El aprendizaje permanente no es exclusivo de los humanos: nuevos trucos para un perro viejo

¿Cansado y con dolencias? ¿Prefiere sentarse cómodamente frente a la chimenea antes que darse un paseo por el bosque un día de invierno? Tanto si este es el caso de un perro como de su dueño, conservar la actividad mental a cualquier edad crea sentimientos positivos que frenan el deterioro mental.

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Aceptar cierta sordera selectiva, ofrecer comida algo menos sana y dejar más tiempo disfrutar del sofá es algo que permiten los dueños a sus perros de mayor edad, pero puede que no sea lo ideal para nuestros mejores amigos. Y si bien un circuito de agilidad de alta intensidad no sea en absoluto lo ideal, no se debe dejar de proporcionar actividad física a un perro para combatir los procesos de envejecimiento. Distintos estudios muestran que el envejecimiento puede frenarse mediante estímulos mentales y físicos. Dejar de ofrecer estos estímulos puede acelerar el envejecimiento en perros, lo cual supone una reducción de la calidad de vida e incluso el deterioro de la relación entre el perro y su dueño. En un estudio nuevo, realizado por un equipo de científicos dirigido por biólogos cognitivos, se sugiere que las interacciones informáticas son una alternativa práctica a un ejercicio más físico que podría resultar arduo para un perro anciano. El proyecto financiado con fondos europeos EVOLOR descubrió en un experimento realizado en el laboratorio que los perros de más edad responden positivamente al entrenamiento cognitivo mediante juegos con pantallas táctiles. Existen muchos perros que podrían sacar partido a esta capacidad. Cerca de una cuarta parte de los hogares del Reino Unido tiene perro, lo cual implica muchos perros viejos. En el informe se explica que los británicos gastaron la cifra récord de 7 160 millones de libras en sus perros el año pasado, un aumento del 25 % con respecto a 2010. O se utiliza o se pierde, mantener la actividad encefálica de un perro EVOLOR (Cognitive Ageing in Dogs) investigó el uso de formación cognitiva con juegos en pantallas táctiles e iPads. El potencial de la pantalla táctil como herramienta reside en su flexibilidad, fiabilidad y controlabilidad, y por su puesto en su capacidad para ofrecer experiencias nuevas motivadoras. El dispositivo se construyó con un ordenador portátil, un monitor TFT de treinta y ocho centímetros montado tras un marco táctil de infrarrojos y un dispositivo de alimentación que liberaba golosinas. Cuando el perro tocaba el estímulo correcto el dispositivo giraba sus treinta y dos agujeros para liberar una de las golosinas. Los entrenadores utilizaron paté de hígado para atraer a los perros a las pantallas y además les ofrecieron un entrenamiento corto con el dispositivo de alimentación. Hasta ahora se han entrenado 265 perros y 20 lobos en el uso de la pantalla táctil en distintos estudios, y se ha observado un aumento de la motivación, el aprendizaje, la memoria y la capacidad viso-espacial en posteriores tereas con la pantalla táctil y en otras pruebas cognitivas y del comportamiento. Cuadrúpedos informáticos El proyecto descubrió que la relación positiva con la pantalla táctil era tan intensa que en varias ocasiones cuando el perro se encontraba solo (el entrenador había salido a contestar el teléfono) y el alimentador fallaba, los perros seguían utilizando la pantalla táctil incluso aunque no se liberase una golosina al final de la sesión. Los dueños de los perros estaban tan convencidos de que sus perros disfrutaban de las sesiones que el abandono fue solo de seis perros, a pesar de que para algunos perros, el entrenamiento completo y las pruebas posteriores en tareas más complejas duraron más de un año y que los participantes no recibieron compensación económica alguna. Tras el entrenamiento, cuando los perros volvían a casa, muchos de ellos descansaban intensamente de un modo similar a cuando salían a hacer ejercicio. Esta idea de cansancio mental es nueva para muchos dueños y les impulsó a probar otros juegos mentales con sus perros los días que no acudían al estudio. Mantener la relación incluso cuando los perros envejecen El equipo explica que la reducción en la capacidad para aprender, en la actividad y en la excitabilidad de la que informan los dueños de los perros al envejecer su mascota, puede dar lugar a un declive en la actitud positiva del dueño hacia su perro. El trabajo del equipo señala que el desinterés aparente de los perros en este tipo de actividades no implica que no necesiten estímulos mentales en forma de juegos y retos. El equipo de investigación confía en que este estudio motivará a técnicos y desarrolladores de software a trabajar en este sentido y además fomentará que los dueños reflexionen sobre la mejor forma de enriquecer la vida de sus perros de mayor edad. «Nuestro método científico podría dar lugar a un proyecto de ciencia ciudadana interesante con el que se pueda conocer mejor la importancia del aprendizaje permanente en animales», afirmaron los autores. Para más información, consulte: Página web del proyecto en CORDIS

Países

Hungría

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