Memoria y condicionamiento conductual
La distribución de la memoria es un proceso en el que las neuronas y las sinapsis de una red neuronal biológica procesan información para formar un recuerdo o engrama. La amígdala es la parte del cerebro que se asocia al desarrollo de recuerdos relacionados con el miedo. El proyecto «Cellular mechanisms underlying formation of the fear memory trace in the mouse amygdala» (FEAR MEMORY TRACE) estudió la red neuronal de la amígdala para dilucidar su función en la formación de los recuerdos relacionados con el miedo. La manipulación genética in vivo y distintos métodos electrofisiológicos y computerizados sirvieron para descubrir los mecanismos biofísicos que guardan relación con el condicionamiento del miedo y la aversión al sabor. Los investigadores recibieron formación para llevar a cabo experimentos conductuales y electrofisiológicos y someter a prueba a la memoria a corto y largo plazo. Entre las destrezas necesarias cabe mencionar los tratamientos quirúrgicos intraamigdalares, el registro de la técnica de fijación de membranas (patch-clamp), el análisis molecular y celular mediante inmunoelectrotransferencia, el genotipado, la preparación de ADN viral y las simulaciones por ordenador. Las pruebas conductuales revelaron que los recuerdos del miedo funcionaban a las tres horas de forma más intensa que cinco horas después. Tras el condicionamiento auditivo del miedo y la aversión condicionada al sabor, se registraron datos electrofisiológicos tres horas después y cinco horas después. Los datos mostraron que, tras haber transcurrido tres horas, la excitabilidad intrínseca era mayor en los ratones que recibieron tanto la descarga como el tono sonoro frente a los que únicamente recibieron el tono. Los científicos simularon los cambios fisiológicos inducidos por el aprendizaje que supuso el condicionamiento a través de modelos construidos a partir de los datos experimentales. En estos momentos, aún se están registrando las lecturas electrofisiológicas en rodajas de tejido cerebral junto a técnicas de imagen mediante fluorescencia. Se han acondicionado con éxito unas instalaciones para estudiar el comportamiento, realizar pruebas de memoria y registrar tanto la ansiedad como la actividad motriz. Las actividades del proyecto podrían arrojar luz sobre los mecanismos biofísicos que entran en juego en el condicionamiento conductual y la formación de recuerdos o engramas. A su vez, estos conocimientos podrían aprovecharse para tratar los problemas de memoria, o bien trastornos psicológicos como las fobias, mediante la manipulación de los recuerdos. Las implicaciones son notables para el sector de la sanidad pública.