Una Europa unida en torno a la biología estructural
La mayoría de las funciones celulares las llevan a cabo macromoléculas como las proteínas y los ácidos nucleicos, lo cual depende en gran medida de la estructura tridimensional que adquieren cuando se pliegan. Empleando instrumentos y técnicas analíticas avanzadas, los científicos pueden observar los cambios en las estructuras macromoleculares y definir su función en procesos propios de organismos sanos o afectados por alguna enfermedad. La iniciativa BIOSTRUCT-X (Transnational access and enhancement of integrated biological structure determination at synchrotron X-ray radiation facilities), dotada con financiación de la Unión Europea, reunió a diecinueve socios y once centros que cuentan con cuarenta y cuatro instalaciones tecnológicas de toda Europa con el propósito de analizar estructuras biológicas. Dado que las macromoléculas no pueden analizarse con un microscopio óptico, para averiguar las dimensiones y la forma de las moléculas se emplean técnicas radiológicas indirectas, como la dispersión de rayos X. Estas técnicas requieren equipos sofisticados y costosos como el sincrotrón, un tipo de acelerador de partículas, para generar haces de rayos X. Para facilitar el acceso de la comunidad científica europea a estos equipos y tecnologías de última generación, BIOSTRUCT-X reunió cuatro importantes técnicas de rayos X. A fin de optimizar las instalaciones de sincrotrón y los servicios asociados, el consorcio mejoró los protocolos empleados para purificar, preparar y caracterizar las macromoléculas y desarrolló software de análisis de datos estructurales, incluidos algoritmos. El acceso y la colaboración transnacional impulsados por BIOSTRUCT-X permitieron llevar a cabo 1 156 proyectos científicos y apoyar la labor de 1 991 investigadores, lo que dio lugar a 340 publicaciones en revistas revisadas por pares. Al objeto de aportar cohesión a esta comunidad de investigación, los socios de BIOSTRUCT-X celebraron treinta y seis actividades de trabajo en red en diversos puntos de Europa, durante las cuales los investigadores recibieron formación sobre distintas técnicas e intercambiaron información y resultados. Cuando finalizó BIOSTRUCT-X ya se había convertido en una infraestructura esencial para los biólogos que emplean haces de rayos X emitidos por sincrotrones en sus investigaciones. El software, los prototipos y los conjuntos de herramientas desarrollados y probados por los colaboradores del proyecto se han puesto a disposición de la comunidad de investigadores, estrechando así los vínculos entre sus integrantes y fomentando el desarrollo científico.
Palabras clave
Biología estructural, macromoléculas, BIOSTRUCT-X, sincrotrón, haces de rayos X
