Urge el progreso biotecnológico en Europa - conferencia
Son necesarias gestiones concretas si lo que se pretende es que los sectores europeos científicos y comerciales en biotecnología y ciencias de la vida no vayan a la zaga de los de EEUU y otros países. Así se indicó, entre otros aspectos, en la reunión de consulta celebrada sobre el tema en Bruselas, los días 27 y 28 de septiembre. En su alocución de apertura de la conferencia, el Presidente de la Comisión Europea, Romano Prodi, hizo hincapié en la importancia de despejar la actitud de Europa en las materias inherentes a dicho ámbito. "Las biotecnologías y las ciencias de la vida van a ser exponentes clave del progreso tecnológico y económico en el siglo XXI, por lo que Europa necesita una estrategia viable de aprovechamiento de este nuevo potencial y atención a los retos que plantean las preocupaciones éticas. Ahora, construir una estrategia de estas características sin consultar al ciudadano sería una equivocación, además de contrario a lo que entiendo que debe ser la gobernanza política", declaró Prodi. La Comisión hará uso de los resultados de la conferencia para ultimar su documento estratégico sobre biotecnología y ciencias de la vida, que ha prometido publicar antes de finales de año. Asimismo, viene a ser la continuación de la consulta pública emprendida por la Comisión el 4 de septiembre mediante un documento de consulta. La reunión de consulta con las partes interesadas, convocada por la Comisión Europea, constó de varios talleres con paneles integrados por los Comisarios europeos de Investigación, Empresa y Sociedad de la Información, Medio Ambiente y Sanidad y Protección del Consumidor, así como representantes de la industria, el Parlamento Europeo, autoridades nacionales, universidades y organizaciones no gubernamentales. Refiriéndose a los efectos de la indefinición de la política europea en materia de biotecnología y ciencias de la vida, el Eurodiputado británico John Purvis advirtió que el déficit de la UE en cuanto a investigación y desarrollo, y empleo en este sector con respecto a EEUU se cifraba en un 75 por ciento. "La UE corre el riesgo de acabar siendo cliente de otros, o de carecer de toda industria biotecnológica", dijo, señalando los primeros indicios de expatriación de empresas especializadas en semillas y plantas ante la actitud del Viejo Continente respecto a los organismos modificados genéticamente. Algunos centros de investigación líderes, como el Instituto Roslin de Edimburgo (Escocia, Reino Unido) ya ha visto cómo se ha venido desplomando desde principios de los años noventa su dotación destinada a investigación agrícola por el enfoque europeo en estos temas, con lo que se debilita la posición de Europa. El señor Purvis expresó preocupación por que uno de los obstáculos al progreso en el sector estribara en la persistencia de barreras entre sectores público y privado, y entre la industria y los círculos universitarios. Ahora bien, donde más aspira a que se intensifique rotundamente la coordinación es en quién debe llevar estos temas. Según opina, son demasiadas las direcciones generales de la Comisión, departamentos y ministerios que participan en la toma de decisiones. Aboga, por el contrario, por que una única organización central se responsabilice de las cuestiones de biotecnología y ciencias de la vida. Además de la falta de coordinación y de la actitud negativa de la opinión pública, hubo quien se refirió al carácter desfavorable del entorno empresarial a las empresas biotecnológicas en Europa. El Eurodiputado británico atribuyó a la ausencia de patente comunitaria parte de la responsabilidad del estancamiento de la innovación biotecnológica. Pedro de Noronha Pissara, empresario del sector y Presidente de la asociación portuguesa de biotecnología, comunicó datos de una encuesta efectuada entre pequeñas y medianas empresas biotecnológicas que tacha de problemática en Europa la falta de personal cualificado y competente, y de estructuras de gestión adecuadas. Otros factores son la insuficiencia de incentivos financieros y fiscales, una administración atascada, la falta de flexibilidad y el elevado importe de los gastos de patentes. "Nadie mencionó la tecnología, ya que tecnología no nos falta en Europa", comentó el Doctor de Noronha Pissara. Por último, el señor Purvis señaló que mucho de lo que se estaba haciendo se destinaba a corregir los problemas causados por la forma en que se presentó la biotecnología al público. "Los productos transgénicos, por ejemplo, se comercializaron sin que el público supiera de qué iban". Michael Browne, de GlaxoSmithKline, abundó en el sentido de una ofensiva para enderezar la percepción pública de la biotecnología: "La Comisión debe examinar el concepto que tiene el público de la ciencia y animar a la gente. Necesita poner de relieve las ventajas de la ciencia para la sociedad".