La Comisión da la voz de alarma por las consecuencias que tendría el fracaso de Galileo
Las industrias europeas de alta tecnología y beneficios económicos de millones de euros están en peligro a menos que el Consejo de Transportes europeo de luz verde, a finales de este mes, al sistema de navegación por satélite Galileo, según se desprende de un informe de la DG de Energía y Transportes de la Comisión Europea hecho público el 12 de marzo. "Es crucial para Europa y el mundo entero poder elegir y no quedar dependientes del monopolio actual del sistema americano GPS, menos avanzado, menos eficaz y menos seguro," se afirma en el documento, y se añade que "la Comisión no da la señal de alarma a la ligera: sus razones son de peso". Galileo no es caro: la inversión necesaria es, por ejemplo, inferior al coste de construcción de la nueva terminal del aeropuerto de Heathrow o igual al de 150 kilómetros de autopistas semiurbanas; por otra parte, su montaje financiero no implica aportación alguna de los presupuestos nacionales sino que la inversión estará totalmente cubierta por el presupuesto de la Unión Europea. La Comisión argumenta que Galileo es vital para el porvenir de las industrias europeas de alta tecnología y que el fracaso del proyecto "un avance tecnológico esencial en la competencia mundial de mañana" tendría consecuencias serías en la competitividad y el empleo en la UE. Si el coste de la creación de Galileo representa unos 3.200 a 3.400 millones de euros, el coste del abandono del proyecto es también considerable, en lo que se refiere sólo a las repercusiones económicas: 100.000 empleos y un mercado de equipos y servicios de unos 10.000 millones de euros al año, de aquí al año 2010." Añade que "las perspectivas de desarrollo son inmensas. Como para el microordenador hace 20 años o Internet hace 10 años, es probable que hoy en día ni siquiera sospechemos la mayor parte de las posibilidades que ofrece". Sin Galileo, advierte, el desarrollo e incluso la supervivencia de los sectores de nueva tecnología europeos estarán bajo una seria amenaza. La Comisión también subraya que Galileo no beneficiaría solamente a Europa, haciendo hincapié en que "la Unión Europea se ha declarado claramente abierta a que los países terceros que quieran unirse al proyecto participen en la investigación, el desarrollo y la puesta en servicio industrial del proyecto Galileo." La Comisión rechaza las declaraciones de EEUU que señalan que Galileo es innecesario aduciendo que el argumento de que el GPS es gratuito mientras que los servicios de Galileo serán de pago "no es serio" ya que Galileo será gratuito para las aplicaciones de base y las aplicaciones de pago serán aquellas que requieran la calidad más alta que el GPS no está en condiciones de ofrecer. La Comisión dice que "Estados Unidos, paladines de la libre competencia, hacen todo lo que pueden en este caso para intentar sustraerse a ella, cuando puede poner en peligro su posición dominante." Asimismo, el documento señala varias carencias del sistema estadounidense. La precisión del GPS es a veces mediocre, como de varias docenas de metros, la fiabilidad de la cobertura y penetración deja a veces mucho que desear y "el carácter ante todo militar del GPS hace que esté siempre presente el riesgo de una interrupción sin aviso previo a los usuarios civiles en caso de crisis" las consecuencias que eso puede acarrear. Además se indica la "ausencia total de garantía y compromiso de responsabilidad" en el GPS, añadiendo que el proyecto GPS III de mejora del sistema americano no resolverá todas sus carencias. "Por todas estas razones, la Unión Europea piensa desarrollar, con Galileo, un sistema cuyo control esté en sus manos y que responda a las exigencias de precisión, fiabilidad y seguridad", concluye el documento, diciendo que Galileo ofrece una precisión superior y constante y una verdadera continuidad de servicio público. Hay una urgencia absoluta de una decisión definitiva para el lanzamiento del proyecto antes del Consejo de Transportes de la UE que se celebrará el 25 de marzo para cumplir "limitaciones de calendario imperiosas". Las frecuencias necesarias para Galileo se perderán si los primeros satélites operativos no se lanzan antes del 13 de febrero de 2006. Además, las empresas del sector privado y que han movilizado a numerosos equipos de ingenieros en la fase previa de definición, se arriesgan a tener que disolverlos por falta de financiación. Un estudio sobre la viabilidad financiera de Galileo realizado por PriceWaterhouseCoopers subraya también que el sistema debe estar operativo en 2008 para poder hacerse con las cuotas de mercado disponibles antes de la posible llegada del nuevo GPS III estadounidense.