En una conferencia de la Comisión se sopesan pros y contras de los alimentos modificados genéticamente
Los beneficios y los riesgos de los organismos modificados genéticamente (OMG) fueron debatidos en una conferencia sobre alimentos modificados genéticamente organizada por "stagiaires" (trabajadores en prácticas) de la Comisión Europea el 6 de junio de 2002. René Custers, del Flanders Interuniversity Institute for Biotechnology, expuso a los asistentes a la conferencia "Alimentos MG: ¿una solución para mejorar la calidad y la cantidad?" que los alimentos modificados genéticamente pueden brindar ventajas significativas. Puso como ejemplo el arroz modificado con objeto de que sea más rico en pro-vitamina A, un nutriente esencial. El nuevo tipo de arroz, desarrollado en Suiza, se está sometiendo actualmente a programas de reproducción y de ensayo. De igual modo, hay trabajos en curso sobre la forma de eliminar alergenos de alimentos como por ejemplo los cacahuetes y la leche, y de modificar el aceite vegetal para reducir su contenido en ácidos grasos saturados que provocan bloqueos arteriales. El Sr. Custers también explicó que existen semejanzas y diferencias entre los cultivos modificados genéticamente y los cultivos tradicionales. Se han desarrollado plantas resistentes a los herbicidas, por ejemplo, utilizando tanto la modificación genética como los métodos tradicionales de cultivo. Ambos tipos de plantas, según él, contienen una mezcla de sustancias químicas nutritivas y perjudiciales. Las patatas, por ejemplo, contienen toxinas dañosas que aparecen naturalmente y que se eliminan mediante la cocción. Afirmó que "los OMG no son una panacea, pero constituyen una manera importante de ayudar a solucionar problemas que se nos plantean en la producción de alimentos." El Sr. Custers añadió que el concepto de "consumidor" induce a confusión: hay muchos consumidores distintos que en todos los casos compran teniendo in mente diferentes necesidades e ideales. Beate Kettlitz, asesora alimentaria de la Organización Europea de Consumidores, sostuvo que la posibilidad de elección del consumidor es clave para que los consumidores europeos acepten los productos modificados genéticamente. "Creo que todos estaríamos de acuerdo en que la introducción de los alimentos modificados genéticamente en Europa ha resultado desastrosa," afirmó, culpando de la desilusión de los compradores a la falta de transparencia y de capacidad de elección de los consumidores. En su opinión, se requiere un etiquetado claro, que no alarme a los consumidores sino que les permita efectuar su elección.