Cambiar el comportamiento en cuanto al uso de la energía
Una parte importante de la energía que consumimos se sigue desperdiciando debido a características ineficientes de nuestros edificios, sistemas de calefacción y de iluminación. Según datos de la Comisión Europea, en 2014 los hogares representaban el 25 % del consumo total de energía de la UE. La mayoría de las iniciativas destinadas a reducir esta cifra se han centrado en las instalaciones técnicas, por ejemplo, las mejoras del edificio y de los sistemas de calefacción y refrigeración. Pero la historia no acaba aquí, según afirma el coordinador del proyecto NATCONSUMERS, Zoltan Kmetty, de la consultora energética húngara Ariosz. «Estos planteamientos tienden a dejar de lado factores que afectan al comportamiento de los usuarios y a menudo no tienen en cuenta sus prejuicios inherentes. Este es el obstáculo más importante a la hora de adoptar productos que favorecen la eficiencia energética». «La información que nos devuelven los consumidores es un elemento esencial para cambiar la actitud de estos. Para ello, es necesario que el uso de la energía sea más visible y controlable por parte del cliente», añade Kmetty. Proporcionar asesoramiento personalizado sobre cómo mejorar la eficiencia energética de los hogares se conoce como el «enfoque de retroalimentación» y diversos estudios han demostrado que es mucho más eficaz que limitarse a proporcionar información general. «Creemos que con un "enfoque de retroalimentación" adecuado se puede lograr un ahorro de energía del 10 %», explica Kmetty. Con este objetivo, el consorcio NATCONSUMERS ha diseñado lo que denomina un «marco autocentrado». Esto significa que el asesoramiento sobre eficiencia energética se adapta de manera específica a las necesidades de los hogares. El equipo creó un modelo que dividió a los consumidores en función de sus patrones de uso de la energía (utilizando datos de contadores inteligentes) y sus características sociodemográficas, lo que ofrece previsiones, actitudes y valores con respecto al uso de la energía. «Desde aquí, podemos identificar qué es lo que le interesa a cada cabeza de familia, por ejemplo, si les interesa ahorrar dinero, proteger el medio ambiente o utilizar nuevos equipos técnicos», asegura Kmetty. Tras analizar los datos de cinco países, el equipo constató que podía crear categorías de hogares con diferentes patrones de uso energético. Esto contribuyó a determinar el contenido de los mensajes de asesoramiento que debían dirigirse a los distintos hogares. Sobre este marco, el consorcio construyó un «generador de lenguaje natural», un sistema capaz de generar consejos en un formato conversacional fácil de leer. «Con él podemos comunicarnos de una forma natural y emocionalmente inteligente, evitando la jerga o el lenguaje técnico, y utilizar un lenguaje que varía y evoluciona según el usuario», afirma Kmetty, «y podría estar basado en ser imágenes, una luz o un sonido». El consorcio ha concebido sistemas que podrían interactuar con las personas a través de diversos canales para recordarles que reduzcan el consumo de energía. Por medio de una herramienta web de prueba de concepto, grupos compuestos por distintos actores del sector, como socios tecnológicos, organizaciones de consumidores, consultorías energéticas, responsables políticos y la comunidad investigadora, tuvieron la oportunidad de evaluar el mecanismo y les pareció prometedor. En palabras de Kmetty, «la herramienta NATCONSUMERS tiene la capacidad de cambiar el comportamiento a largo plazo de los hogares y reducir el consumo de energía. En última instancia, podría contribuir a reducir las emisiones de dióxido de carbono, hacer frente a la pobreza energética y mejorar la relación entre los consumidores y las empresas de servicios públicos».
Palabras clave
NATCONSUMERS, ahorro energético, empleo energético, comportamiento, opinión de los consumidores, lenguaje natural
