Una electromovilidad más sostenible gracias a las redes de carga de última generación
El punto de carga mural INCH de Etrel, denominado cargador interactivo, permitirá recargar más vehículos eléctricos de una forma más racional y sostenible, reduciendo las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y optimizando el uso de la energía en el sector del transporte. Este nuevo producto financiado por la Unión Europea se presentó el pasado mes de octubre de 2017 a los visitantes de varias ferias comerciales celebradas en Alemania. Equipos de una red eléctrica inteligente dentro de un entorno del Internet de las cosas El nuevo cargador interactivo es en realidad una versión actualizada de un producto anterior, fabricado por Etrel, que llevaba cuatro años en el mercado. Al igual que su predecesor, está diseñado como punto de carga de vehículos eléctricos que se utilice principalmente en hogares, oficinas y aparcamientos (más del 90 % de la carga se realiza en el hogar o en el trabajo). Este nuevo producto mural surgió a partir de la información recabada en numerosos «testivales» (eventos a los que asisten testeadores de software) que se centraba en las mejoras funcionales. El coordinador del proyecto, el Sr. Miha Levstek, reflexionando sobre la buena acogida que ha tenido hasta ahora el nuevo producto, afirma: «Nuestra ventaja competitiva proviene de las sinergias que se producen dentro de nuestra cartera de productos, lo que nos permite ofrecer una solución integral para la gestión de los puntos de carga. Podemos comprender mejor las necesidades de los conductores de vehículos eléctricos y de los operadores de los puntos de carga, ajustando el diseño físico en consecuencia, además de cubrir todo un abanico de modelos empresariales de distintos socios industriales». Este conocimiento y flexibilidad hacen que la comunicación entre los diferentes nodos del sistema, junto con los algoritmos, permita ajustar el consumo en función de las necesidades de la red energética general, proporcionando a las empresas suministradoras un mayor control sobre el volumen de carga de los vehículos eléctricos. Ahora pueden reducir dicho volumen de carga durante el pico de demanda o utilizar baterías para almacenar electricidad procedente de fuentes renovables, como la eólica, en momentos de alta producción. La suma de los puntos de carga, los contadores inteligentes, las técnicas de gestión de puntos de carga y, en última instancia, el sistema de gestión de la energía de los operadores de sistemas de distribución o los suministradores de energía permite al sistema responder a variables de datos como son la hora de salida de los vehículos eléctricos, el estado de la carga, el tipo de vehículo o el tipo de contrato del propietario. La comunicación se realiza utilizando diferentes protocolos industriales, tales como WiFi, PLC, Ethernet, Modbus, GPRS, RFID y NFC. Este planteamiento integral se traduce en la prestación de servicios auxiliares a las partes interesadas del sistema eléctrico, generando en última instancia un ahorro de costes tanto para quienes usan el sistema como para quienes lo gestionan. En palabras del Sr. Levstek, «Nos apasiona la idea de situar a los usuarios finales en el centro mismo de la revolución energética transformándolos en prosumidores. El reto consiste en que el proceso resulte sencillo y, de ese modo, merezca la pena, a la vez que llegamos a una masa crítica con la que influir en la red. Nuestro proyecto INCH simplifica este complejo proceso». Control compartido de la carga por una energía más ecológica y menos costes Aunque seguirá siendo posible cargar los automóviles con los cargadores actuales, la aplicación efectiva a la electromovilidad de medidas respetuosas con el medio ambiente, en consonancia con las directivas de la Unión Europea sobre eficiencia energética, más energías renovables, aire limpio, menos contaminación por GEI y menos dependencia energética, solo será posible si el sector energético pone de su parte. Como resume el Sr. Levstek, «La carga interactiva reduce la necesidad de producir más electricidad, ya que permite la entrada de más energías renovables en el conjunto de la cartera de producción. Las cargas deberían poder beneficiarse de la volátil producción de energía eólica y solar, pero esto no es posible sin los cargadores interactivos, que permiten adoptar modelos de negocio que recompensan la carga controlable en el hogar y en los espacios públicos». El equipo está trabajando ahora para continuar optimizando los distintos componentes del producto en cuanto a costes, arquitectura y metrología, y también está mejorando la inteligencia artificial y los algoritmos del sistema, que ya llevaban un tiempo en uso. La respuesta inicial ha sido positiva; han recibido muestras de interés por parte de varios socios mayoristas y el equipo del proyecto se encuentra en la fase de negociación final para comenzar a aceptar pedidos. Los miembros del proyecto también están interesados en estudiar la posibilidad de integrar el enfoque INCH en una mayor variedad de modelos de negocio. Como concluye el Sr. Levstek, «Hay muchas configuraciones posibles y diferentes de INCH para uso público o privado; por ejemplo, podríamos adaptar las pantallas de visualización de INCH para que se convirtiesen en PDI (puntos de interés). Nos apasiona el diseño; incluso las infraestructuras tienen que diseñarse para que sean inteligentes».
Palabras clave
INCH, vehículos eléctricos, puntos de carga, energía, red, energía renovable, contadores inteligentes, prosumidores, sostenibilidad, economía ecológica
