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Los Estados miembros trazan sus retos clave para la estrategia de Lisboa

Los Veinticinco presentaron sus prioridades y retos clave para la estrategia de Lisboa en la Cumbre europea de la Empresa celebrada los días 16 y 17 de marzo en Bruselas, siendo uno de los temas más recurrentes la mejora del entorno de investigación, el desarrollo y la innovac...

Los Veinticinco presentaron sus prioridades y retos clave para la estrategia de Lisboa en la Cumbre europea de la Empresa celebrada los días 16 y 17 de marzo en Bruselas, siendo uno de los temas más recurrentes la mejora del entorno de investigación, el desarrollo y la innovación. Durante una de las sesiones, se pidió a los representantes de Bélgica, Italia, Estonia, Luxemburgo y Suecia que matizaran algunos de los componentes de sus Programas Nacionales de Reforma. Aunque la mayoría destacó la necesidad de incentivar el apoyo a la I+D y la innovación, la diversificación de las condiciones nacionales garantiza la naturaleza diferente de los retos. La forma más clara de verlo es en la comparación entre Suecia y Estonia. En 2003, Suecia invirtió en I+D una proporción más elevada de su PIB que cualquier otro país europeo, y el reto, según el Viceprimer ministro Bosse Ringholm, es mantener este liderazgo. "Nos encontramos actualmente en el primer puesto mundial y gastamos más del cuatro por ciento del PIB en investigación. Pero el éxito de hoy en día no garantiza el de mañana y por esta razón nos hemos fijado el objetivo nacional de seguir incrementando los fondos que gastamos en investigación", declaró el Sr. Ringholm. Para completar el ya de por sí elevado gasto privado en I+D de Suecia, el gobierno se dirige a aumentar la inversión pública en investigación al uno por ciento del PIB. Con tal abundancia de recursos destinados a la I+D, uno de los retos claves de Suecia es conseguir un número suficiente de investigadores y científicos que exploten estos bienes. Por esta razón, parte integral de la estrategia más general de Suecia lo constituye el objetivo de aumentar el número de ciudadanos con estudios superiores al 50 por ciento. Los desafíos a los que hace frente Estonia, por otro lado, son bastante diferentes. Aunque invierte más en I+D que la mayoría de los nuevos Estados miembros, con excepción de la República Checa y Eslovenia, sólo llegó al 0,77 por ciento del PIB en 2003. Según el director de la Secretaría de Estonia en la UE, Keit Kasemets, el principal reto es intentar aumentar el bajo nivel de inversión privada en I+D, y hay muestras actualmente de que este avance se ha producido. Algunos temas sin embargo son recurrentes a la mayoría de los países, "también necesitamos investigadores, así que ofrecemos apoyo a las universidades e infraestructuras para motivar a que los jóvenes se involucren en la I+D", reveló el Sr. Kasemets. El proceso de reforma económica comenzó en los noventa, antes de que la UE lanzara la estrategia de Lisboa, y está convencido de que Estonia tiene voluntad y experiencia para lanzar su propia estrategia de reforma. El Secretario de Estado para Asuntos Europeos de Bélgica, Didier Donfut, cree que las prácticas y prioridades de su país tienden a estar en armonía con las de la UE en general. Ciertamente, el enfoque de su país hacia la modernización del marco reglamentario mediante la simplificación o eliminación de normas onerosas es también una prioridad a nivel de la UE. Sin embargo, mientras la UE lleva intentando aumentar la inversión general en I+D desde el Consejo Europeo de Barcelona en 2001, el Sr. Donfut reconoció que el esfuerzo de Bélgica para reducir el presupuesto público ha repercutido sobre la inversión pública en I+D. "Bélgica no tiene un rendimiento malo en I+D, pero somos concientes de que elloo se debe principalmente al sector privado". La respuesta a este reto, cree el Sr. Donfut, debería estar coordinada a nivel de la UE. "Necesitamos una estrategia global en I+D, todos debemos saber que la I+D debe ser la esencia de nuestra futura cooperación". Los desafíos a los que se enfrenta Luxemburgo, uno de los Estados miembros más pequeños de la UE, son privativos de este país que cuenta con una población de sólo 450.000 personas y donde más de la mitad de la mano de obra procede del extranjero. No obstante, según el ministro de Economía y Comercio Exterior, Jeannot Krecké, mantener una infraestructura de alta calidad para la I+D y la innovación sigue siendo todavía una prioridad nacional. Independientemente de la cantidad de recursos que se destinen a la investigación y la innovación, el éxito del desarrollo de nuevos productos recae sin embargo en la suficiente protección que se aporte a los derechos de propiedad intelectual, que para el Sr. Krecké� constituye un problema en este momento. Europa no puede esperar atraer bienes y servicios de alto valor sin un apoyo más sólido a la Patente comunitaria. En cuanto al objetivo de la UE de invertir el tres por ciento del PIB en investigación, el ministro concluyó que "no deberíamos preocuparnos demasiado por los objetivos del tres por ciento, la calidad de la investigación es lo que cuenta". Por último, Italia tiene sus propios retos que superar, y el ministro de Política Europea, Giorgio La Malfa, quiso recalcar en concreto las diferencias en cuanto a riqueza entre el norte y el sur de país. Mientras el desempleo en el norte se sitúa alrededor del tres por ciento, en el sur esta cifra alcanza entre el 15 y el 20 por ciento. Una de las formas con las que el Gobierno espera reducir estas disparidades es mediante una inversión importante en educación, ciencia e innovación en el sur del país, según reveló el Sr. La Malfa. Dado que la inversión general de Italia en I+D era del 1,16 por ciento del PIB en 2002, el Gobierno cree que el incremento del 2,5 por ciento del PIB para 2010 es un objetivo más realista que la cifra propuesta por la UE del tres por ciento. Para orientar las inversiones hacia áreas más innovadoras de la investigación, se han lanzado 12 programas estratégicos en los ámbitos de la salud, aeroespacial, de materiales, y ahorro energético. Así que, aunque la situación y la estrategia concretas de cada Estado miembro varían enormemente, incluyendo su enfoque hacia la I+D y la innovación, todos reconocen la importancia del papel que las inversiones basadas en el conocimiento tienen para lograr los objetivos de la relanzada agenda de Lisboa.

Países

Bélgica, Estonia, Italia, Luxemburgo, Suecia

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