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La escasez de agua, puesta de relieve en un nuevo informe

En la lista de recursos naturales escasos figuran, no sólo las especies vegetales y animales raras y las fuentes de energía fósiles, como parece confirmarlo la subida constante del precio del petróleo, sino un recurso natural más preciado y cada día más importante: el agua. ...

En la lista de recursos naturales escasos figuran, no sólo las especies vegetales y animales raras y las fuentes de energía fósiles, como parece confirmarlo la subida constante del precio del petróleo, sino un recurso natural más preciado y cada día más importante: el agua. El agua es vital para todos los organismos de la Tierra, tanto como lo es la luz solar o el oxígeno. El nuevo informe "Comprehensive Assessment of Water Management in Agriculture" (Estudio integral de la gestión del agua en la agricultura), presentado en la conferencia celebrada en Estocolmo el 21 de agosto, en el marco de la Semana Mundial del Agua, indica que una de cada tres personas sufre las consecuencias de alguna forma de escasez hídrica. Los anteriores modelos de predicción apuntaban al año 2025. "Las preocupantes previsiones realizadas en 2000 situaban la cifra de personas afectadas por la escasez de agua en 2025 en el 33 por ciento de la población mundial. Recién terminada la investigación, los resultados muestran que las cosas han empeorado", afirma Frank Rijsberman, director general del Instituto Internacional de Gestión del Agua. "De hecho, en 2005 la insuficiencia de agua ya afectaba a más del tercio de la población mundial. No queda más remedio que cambiar prioridades y afrontar la crisis provocada por la escasez hídrica que se observa, entre otras regiones, en India, China y la cuenca del río Colorado en Estados Unidos y México", agrega. El estudio, de grandes dimensiones, llevado a cabo por 700 expertos a lo largo de cinco años, elabora el mapa de decrecimiento de los niveles de agua subterránea, de merma de ríos y lagos, y de falta de infraestructuras que lastra el acceso al agua. "Los resultados muestran que el 25 por ciento de la población mundial vive en cuencas fluviales con escasez física de agua; la gente sufre las consecuencias de la sobreexplotación del agua, en concreto, la caída de los niveles de agua subterránea y la sequía de unos ríos que ya no llegan al mar. Además, 1.000 millones de personas viven en cuencas fluviales que padecen escasez hídrica económica; el agua sí está disponible en ríos y acuíferos, pero se echa en falta la existencia de infraestructuras de distribución", advierte el doctor Rijsberman. La gravedad del diagnóstico no obsta para que el problema tenga soluciones. En realidad, lo que ocurre en muchas regiones es una mala gestión del agua. África aparece como una zona necesitada de transformación. "Las sabanas son espacios de gran fragilidad y precipitaciones variables; la implantación de sistemas de producción agrícola no es tarea fácil", comenta el doctor Rijsberman. "Pero, este año, el Premio Mundial de la Alimentación ha ido a parar a tres científicos de Brasil por haber creado sistemas de estas características en las llanuras de su país, los cerrados. Repoblaron las sabanas con variedades mejoradas de hierbas africanas, aportando la prueba de lo que se podía conseguir. Ahora falta por trasladar el milagro a las llanuras de África", alienta. La escasez de agua afecta no sólo a las personas sedientas, sino también a las personas hambrientas. Se gasta hasta 70 veces más agua en la producción de alimentos que en el consumo doméstico (bebida, preparación de comidas, colada y aseo personal). Por cada caloría de alimento se utiliza una media de un litro de agua. Si se tiene en cuenta que la cantidad recomendada por día es de 2.500 calorías (cantidad que, desde luego, no todos pueden permitirse), la suma total alcanza niveles de récord. David Molden fue quien dirigió el estudio. "En la tarea de alimentar la creciente población y reducir la malnutrición, el mundo tiene tres opciones: ampliar las zonas de regadío aumentado el desvío de agua y la construcción de embalses, con las consecuencias que ello supone para el medio ambiente; ampliar las zonas de cultivo sin riego a costa de las áreas naturales, a base de deforestación y otras medidas de destrucción del hábitat, o aprovechar mejor el agua disponible. Es imprescindible aumentar el volumen de cultivos, carne, leche y pescado por gota de agua", aconseja. "El estudio muestra que la escasez de agua que está afectando a la tercera parte de la población mundial no se debe tanto a la insuficiencia de este recurso como a las opciones elegidas", puntualiza el doctor Molden. "Es posible reducir la escasez hídrica, alimentar a la gente y luchar contra la pobreza, pero sacrificando el medio ambiente. Los humanos y sus gobiernos deben tomar algunas decisiones difíciles sobre la asignación y gestión del agua. No todas las situaciones tendrán un final feliz; en muchos casos habrá vencedores y perdedores. Pero, si no nos ponemos manos a la obra para atajar el problema, aumentará el impacto sobre la población, en particular, la más pobre, y sobre el medio ambiente".