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Elderly-friendly City services for active and healthy ageing

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Intervención temprana gracias a la tecnología ambiental que detecta a las personas mayores en situación de riesgo

Gracias a la ciencia médica y a la adopción de estilos de vida más saludables, las personas de diversas sociedades viven durante más años y ahora se enfrentan al reto de envejecer de forma más saludable. City4Age es un proyecto innovador que contribuye al desarrollo de ciudades más preparadas para las personas mayores.

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Las personas mayores se enfrentan a preocupaciones sanitarias y de bienestar asociadas con el deterioro cognitivo, su mayor fragilidad y el aislamiento social. Sin embargo, si se pueden detectar de forma precoz los signos de alerta, se podrán adoptar intervenciones adecuadas. El proyecto financiado con fondos europeos City4Age ha desarrollado un «modelo de prevención social» para el cuidado de las personas mayores mediante herramientas y servicios TIC «ambientales». Los principales objetivos del proyecto eran: supervisar e interpretar los datos conductuales de las personas mayores; intervenir para promover la mejora de la salud y el bienestar; crear redes de apoyo formadas por profesionales sanitarios, amigos y familiares; y mantener a los participantes informados sobre las posibilidades existentes en cuanto a estilos de vida saludables. De los datos a la intervención En la primera fase del proyecto City4Age, se recopilaron datos conductuales (como la movilidad, la socialización y la capacidad cognitiva) a través de distintos medios que incluían sensores, la observación directa o el uso de datos ya disponibles de las ciudades inteligentes. Se enviaron automáticamente versiones fáciles de entender de estos datos a cada persona y a su red de apoyo. Asimismo, se enviaron versiones más especializadas (que servían como señales de alerta o advertencia) a especialistas sanitarios que los comprobaban para determinar qué acciones de seguimiento (como, por ejemplo, visitas domiciliarias) podrían requerirse. «La parte de cribaje de este sistema ha resultado ser rentable. Por ejemplo, basándonos en nuestra cooperación con los geriatras participantes, podemos hipotetizar que, de cada 1 000 personas supervisadas, 50 probablemente requerirán un análisis más en profundidad de los datos y, de estas, solo 10 necesitarán una visita domiciliaria tradicional, la cual tiene un coste elevado», afirma el Dr. Paolo Paolini, director técnico y antiguo coordinador del proyecto. Otra ventaja de este planteamiento es que los datos recopilados ofrecen a las autoridades municipales una perspectiva global sobre la situación actual de determinados grupos de edad o en ciertas áreas geográficas. Esto les permite priorizar los recursos disponibles. En la segunda fase de intervención se utilizaron teléfonos móviles para enviar varios mensajes diarios a los participantes. Estos mensajes incluyeron: información sobre posibles temas de interés, perspectivas generales sobre datos de salud y presentación de las oportunidades y actividades ofrecidas por las organizaciones y empresas locales, además de animarles a participar. El proyecto se probó con éxito en una fase piloto en seis ciudades: Atenas, Birmingham, Lecce, Madrid, Montpellier y Singapur, y contó con la participación de cerca de 150 personas mayores. City4Age demostró cómo el sistema podía funcionar como un conjunto de tecnologías fácilmente disponibles tanto para la recopilación de datos (teléfonos inteligentes, dispositivos de seguimiento de la condición física, sensores en el hogar o en la ciudad) como para intervenciones (teléfonos inteligentes y dispositivos para el hogar como el Amazon Echo). Un aspecto fundamental del sistema es que también es capaz de aprovechar los abundantes datos que ya se han recopilado en las ciudades inteligentes, los cuales muchas veces están infrautilizados, si es que llegan a utilizarse. Por ejemplo, en el proyecto piloto de Madrid, City4Age utilizó los datos del transporte público (sobre cómo se desplazan por la ciudad las personas mayores) que ya se habían recopilado previamente. Esto abre la posibilidad de que se produzca una amplia adopción urbana. «A los participantes no les importó que se les realizase un seguimiento ni se sintieron molestos por el uso de la tecnología. Les gustaba poder ver sus datos y recibir los mensajes, ya que esto les hacía sentirse cuidados. Estaban encantados de poder participar y sentían que con ello estaban ayudando a las generaciones venideras», afirma el Dr. Di Blas, coordinador del proyecto. «Dado que el seguimiento se realizó durante un período relativamente breve, no se observó ningún deterioro conductual marcado. Sería necesario utilizar el sistema durante varios años para poder empezar a detectar cambios significativos». Si bien se comprobó con éxito la tecnología y su adopción por parte de los usuarios, es probable que las barreras a un despliegue más amplio sean de carácter tanto económico como político. «Los costes deben ser compartidos entre diversas partes y, dado que la prevención es un esfuerzo a largo plazo, pasarán varios años antes de que se puedan aprovechar los beneficios. Esto puede resultar difícil de aceptar por los políticos y empresarios, por lo que actualmente estamos fortaleciendo nuestro modelo de negocio», concluye el Dr. Di Blas.

Palabras clave

City4Age, salud, urbano, ciudad inteligente, envejecimiento, personas mayores, deterioro cognitivo, fragilidad, bienestar

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