¡Salvemos las estatuas! Científicos advierten del peligro del cambio climático para el patrimonio cultural
Científicos del proyecto «El Arca de Noé», financiado con fondos comunitarios, han hecho un llamamiento vehemente a las autoridades políticas para que protejan el patrimonio cultural mundial contra los efectos del cambio climático. Este proyecto, que finalizó este año, concluyó que las estatuas, los edificios y los monumentos que conforman nuestro patrimonio cultural tienen probabilidades de sufrir daños de gravedad creciente como consecuencia del cambio climático. Aunque el equipo de «El Arca de Noé» remitió sus resultados al Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), el patrimonio cultural no ha sido tratado en la última serie de informes de este Grupo. «El cuarto informe del IPCC no tiene en cuenta el cambio climático en absoluto, lo cual me parece escandaloso», declaró Cristina Sabbioni, coordinadora de proyectos del Consejo Nacional de Investigación de Italia. Según la profesora Sabbioni, los enemigos del patrimonio cultural son el agua (tanto las precipitaciones como la humedad relativa), la temperatura, el viento y la contaminación. Entre los efectos de estos elementos sobre las diversas construcciones figuran la cristalización de sal, la aparición de grietas, el deterioro de superficies, el ataque biológico, el ennegrecimiento, la destrucción total o parcial y las inundaciones. Los socios del proyecto «El Arca de Noé» emplearon modelos climáticos para predecir de qué manera los cambios de las temperaturas, los patrones de las precipitaciones y otros factores ambientales como los contaminantes podrían afectar al patrimonio cultural de Europa en el futuro. Seguidamente elaboraron un «Atlas de la vulnerabilidad» y directrices para ayudar a todas las partes afectadas a evaluar la probabilidad de producirse daños en su país o región y a tomar medidas para proteger sus edificios históricos y colecciones. La profesora Sabbioni presentó su proyecto en el Foro Europeo sobre Periodismo Científico celebrado en Barcelona (España) el 4 de diciembre de 2007 y explicó cómo afectarán los factores ambientales a los distintos materiales. La cristalización de sal sucede cuando la humedad relativa es inferior al 75,5%. Perjudica a la estética de las superficies de los monumentos y provoca grietas. Según el Atlas mencionado, resulta especialmente vulnerable a este fenómeno la arquitectura gótica muy elaborada tallada en piedra porosa blanda. Dado el descenso previsto de los niveles de la humedad relativa en verano, durante el próximo siglo aumentará en toda Europa la frecuencia de la cristalización de sal. Los cambios de las temperaturas y de los patrones de las precipitaciones influirán en los organismos biológicos que crecen en los monumentos (líquenes, algas y bacterias). Estos organismos tienen repercusiones estéticas (por cambios de color) y estructurales (por desagregar los materiales) en los monumentos. En este proyecto concluyeron que, mientras que el centro y el norte de Europa se enfrentan a un aumento del crecimiento biológico, en el sur de Europa habrá un descenso. Las piedras de carbonato, como el mármol y la caliza, son frecuentes en los monumentos de toda Europa, como el Coliseo, el Partenón y la Abadía de Westminster. Estas piedras son vulnerables a un proceso denominado retroceso de la superficie, por el que la lluvia va erosionando la piedra. Probablemente, los más vulnerables a este proceso en el futuro serán el centro de Europa, Noruega, el norte del Reino Unido y España. Otro peligro para los monumentos de piedra, sobre todo para los de mármol, es el termoclastismo. Las fluctuaciones pronunciadas de la temperatura a diario provocan la expansión y la contracción de los granos del mineral que conforma la piedra, lo que conduce a la formación de microgrietas y a la exfoliación. El Atlas muestra que el Mediterráneo seguirá registrando los niveles más altos de riesgo de termoclastismo durante las décadas próximas, a la vez que el riesgo aumentará en el centro de Europa. Ahora que ha finalizado el proyecto, la profesora Sabbioni está decidida a difundir sus resultados lo más posible para que los conservadores de nuestro patrimonio cultural puedan adaptar sus estrategias de conservación de acuerdo con el cambio climático. «El patrimonio cultural es un recurso no renovable que debe quedar para las generaciones futuras», afirmó la profesora Sabbioni. «Si queremos salvar nuestras raíces, tenemos que protegerlo.» El proyecto «El Arca de Noé» se financió mediante la actividad «Investigación en apoyo de las políticas» del Sexto Programa Marco con un monto de 1,18 millones de euros.