Homenaje a destacados inventores en los Premios al Inventor Europeo del Año
Las tecnologías médicas dominaron los Premios al Inventor Europeo del Año, de los que se hizo entrega en una ceremonia celebrada en Ljubljana (Eslovenia) el 6 de mayo de 2008. Se homenajeó por su trabajo a los inventores de un tratamiento antivírico pionero, un sistema de exploración del ojo, un proceso de cirugía robótica y un sistema de fabricación de bastidores de coches más ligeros y seguros. Estos premios, concedidos por la Comisión Europea y la Oficina Europea de Patentes (OEP), sirven como reconocimiento de inventos que han tenido repercusiones significativas en la vida de la gente y que han sido patentados por la OEP. Los premiados son seleccionados por un jurado independiente de alto nivel. «Todos los ganadores de los Premios al Inventor Europeo del Año habían hecho inventos auténticamente innovadores», afirmó Günter Verheugen, Vicepresidente de la Comisión Europea.«Son la prueba de la fuerza innovadora y la competitividad de Europa.» El premio a toda una carrera profesional se concedió al investigador biomédico belga Erik de Clercq de la Universidad de Lovaina, por su trabajo sobre medicamentos antivíricos para tratar afecciones como el VIH, la hepatitis B y el herpes. Los innovadores medicamentos del profesor de Clercq funcionan imitando la forma de los componentes básicos del ADN.Los virus se valen de éstos para reproducir su propio material genético; al administrarlo, el fármaco bloquea la reproducción del virus. Además de desarrollar algunos de los primeros fármacos contra el VIH, el equipo de Lovaina también fue pionero al emplear una combinación de hasta cuatro medicamentos para tratar el VIH(hasta entonces nunca se había administrado más de uno al mismo tiempo). El premio para PYME (pequeñas y medianas empresas) fue para un equipo escocés encabezado por Douglas Anderson. El hijo del Sr. Anderson se quedó ciego de un ojo porque, a pesar de someterse a un examen oftalmológico, éste no detectó a tiempo un desprendimiento de retina. Entonces el Sr. Anderson decidió idear un modo de efectuar exámenes oculares que fuera más eficaz y menos doloroso para el paciente. El resultado fue el oftalmoscopio láser de exploración Optos, un dispositivo que proyecta un haz compuesto de dos láseres sobre la retina y lo manipula en un ángulo de exploración de 200 grados. La luz reflejada por la retina se convierte en una imagen digital. Este examen dura un cuarto de segundo y no requiere dilatación de pupila, por lo que resulta menos molesto para el paciente. El premio a inventores no europeos también fue a parar al campo de la salud. El ingeniero estadounidense de biomedicina Philip S. Green, del instituto de investigación no lucrativo SRI International, lleva desde la década de los años ochenta trabajando en un sistema robótico que permite a los cirujanos realizar procedimientos complejos mediante incisiones de apenas un par de centímetros de ancho. El sistema, denominado «robot quirúrgico da Vinci», se basa en avances en los ámbitos de las cámaras en miniatura, las pantallas de imagen, la robótica y los sistemas de control remoto para que los cirujanos puedan tanto ver como sentir lo que hacen, si bien, en realidad, el trabajo lo efectúan unos brazos robóticos que sujetan microinstrumental, el cual insertan en el cuerpo humano a través de pequeñas incisiones. Unos chips de microprocesador instalados en los instrumentos traducen las órdenes del cirujano en movimientos firmes y muy precisos. El único premio que no fue a parar al sector de la sanidad fue el premio de industria, que recayó en un equipo del fabricante alemán de automóviles Audi por desarrollar un bastidor de automóvil más ligero hecho de aluminio. Durante muchos años los fabricantes de coches han preferido el acero al aluminio en los bastidores, creyendo que cuanto más pese el material, más fuerte es el producto. Audi se puso a buscar maneras de fabricar automóviles más ligeros a fin de reducir su consumo de combustible, ya que si un coche es más ligero gasta menos gasolina.El cambio a un material más ligero como el aluminio no resultó fácil. Norbert Enning y su equipo tuvieron que rediseñar en gran medida el bastidor para asegurarse de que el aluminio no se doblaría en puntos clave de la distribución del peso. El aspecto más innovador radica en haber creado un sistema integral de reparto del peso en el que cada componente del bastidor cumple una función. El bastidor resultante se utilizó en el Audi A8, el primer coche fabricado en serie con carrocería hecha totalmente de aluminio. Pero la mejora del consumo de combustible no es la única ventaja que otorgan a los coches los bastidores de aluminio;también permiten un mejor manejo en carretera, son más fáciles de reparar y ofrecen mejor protección en caso de colisión. Asimismo, como el aluminio es más maleable que el acero, da a los diseñadores de coches más libertad para formar piezas nuevas y más eficientes. «Si queremos combatir el cambio climático o dar con modos nuevos de tratar enfermedades, necesitamos un sistema de patentes orientado a la calidad que promueva y respalde la innovación», señaló Alison Brimelow, presidenta de la OEP. «El sistema de propiedad intelectual puede constituir un elemento fundamental por lo que respecta a la difusión eficaz de tecnologías vanguardistas, como demuestran claramente los premios de este año.»
Países
Eslovenia