Entender la dinámica cultural
Puede parecer que las matemáticas y la cultura no encajan demasiado bien, pero los investigadores de la red financiada con fondos comunitarios ATACD («Una aproximación topológica a las dinámicas culturales) no opinan lo mismo. Por eso están tratando de demostrar que la topología, una disciplina matemática, puede ayudarnos a comprender mejor los distintos tipos de cambios sociales y culturales causados por la migración, los mercados y las nuevas tecnologías. La topología estudia la forma en que los objetos se colocan o ubican en una red. En lugar de centrarse en las distancias que hay entre dichos objetos, la topología se centra en la relación que mantienen. Una analogía común para explicar la labor de la topología es un plano de metro; aunque no indica con exactitud las distancias entre las paradas, muestra cómo se conectan mediante las distintas líneas de metro. Todo aspecto cultural está sujeto a fuerzas de cambio. La topología puede resultar útil para estudiar estos cambios, ya que puede reflejar todos los enlaces, relaciones y transformaciones que suceden entre elementos culturales. Dos avances importantes de los últimos años animaron a algunos investigadores que estudiaban la dinámica cultural a pasarse a la topología, informó la profesora Celia Lury, coordinadora del proyecto ATACD. Los estudios genéticos demuestran que nuestro comportamiento y la evolución de las enfermedades están muy influidos por nuestro material genético. Estos estudios han arrojado luz sobre el viejo debate entre «innato o adquirido», sobre la importancia relativa que tienen la educación, la experiencia y el aprendizaje (la educación), y la herencia genética (la naturaleza) para determinar la personalidad y la inteligencia de una persona. «Estos últimos hallazgos de las ciencias de la vida han facilitado el poder pensar en términos de naturaleza o educación, y han contribuido a que surjan complejos conceptos de causalidad, determinación, evolución creativa, comunicación y cambio», explicó la profesora Lury. Dichos cambios en la percepción que tenemos de nosotros mismos, sin duda influyen en nuestra vida y en cómo se desarrolla la cultura. «Si cambian la biología y las explicaciones naturales [sobre quiénes somos], también ha de cambiar el modo en que entendemos la cultura», señaló la profesora a CORDIS News. «Los planteamientos de la topología han resultado ser muy útiles en las ciencias de la vida. La red está explorando su potencial en relación a la cultura.» Otro acontecimiento importante ha sido el desarrollo de las tecnologías de la información y las comunicaciones, que también afectan a la forma en que nos comunicamos y vivimos. «Cada vez hay más gente conectada de más maneras; estas conexiones quedan registradas y almacenadas en bases de datos y, por tanto, pueden analizarse», explicó la profesora Lury. «Los intereses políticos y comerciales y los gobiernos tienen mucho interés en dar con formas de utilizar estos datos para comprender la cultura, pero las técnicas necesarias no están más que empezando a desarrollarse», añadió. El análisis de redes, al que recurre la topología, podría ser útil por ejemplo en ejercicios de demografía, aseguró la profesora Lury. En una época en la que aumenta la migración, la movilidad y la complejidad de las formas de vida, los métodos demográficos tradicionales, que sitúan a una persona en determinada dirección, pueden reflejar un panorama demográfico engañoso. «Los censos de población utilizados hoy en día asumen que la gente es sedentaria, cuando no es así», aclaró la profesora Lury. Algunos elementos del pensamiento topológico ya se han utilizado en el estudio del cambio cultural, pero sólo de forma limitada y dentro de los límites de disciplinas concretas. Financiado con 643.797 euros de la prioridad «Ciencias y tecnologías nuevas y emergentes (NEST)» del Sexto Programa Marco (6PM), el proyecto ATACD, de tres años de duración, reúne a unos veinte socios de múltiples disciplinas, incluidas la sociología, la psicología, la política, la neurociencia y los sistemas de información Web, socios que ya están aplicando la topología a su trabajo. El proyecto tiene la esperanza de que esta combinación de varias disciplinas dé lugar a nuevas técnicas y patrones de pensamiento para estudiar los cambios culturales y sociales en cuatro áreas específicas: mercados e innovación; espacio, transición y migración; nuevas tecnologías, incluida Internet; y mente, memoria y lenguaje. En un mundo en constante cambio, el proyecto espera ayudarnos a entender mejor cómo evoluciona la cultura. El proyecto concluirá en 2010, cuando organizará un congreso en el que se presentarán los principales resultados.