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Publicados los resultados de un choque de asteroides

Un grupo de astrónomos ha utilizado el telescopio espacial Hubble para observar las consecuencias de un choque de asteroides. Esta es la primera ocasión en la que se han estudiado los efectos de una colisión de este tipo, pues hasta ahora se utilizaban modelos matemáticos para...

Un grupo de astrónomos ha utilizado el telescopio espacial Hubble para observar las consecuencias de un choque de asteroides. Esta es la primera ocasión en la que se han estudiado los efectos de una colisión de este tipo, pues hasta ahora se utilizaban modelos matemáticos para realizar predicciones sobre la frecuencia de estos eventos y la cantidad de polvo que producen. El equipo afirma que los resultados aclararán el origen del polvo del Sistema Solar y responderán a muchos otros misterios, como por ejemplo la generación de discos de escombro alrededor de otras estrellas. En enero de este año un grupo de astrónomos creyó haber descubierto una colisión reciente entre dos asteroides al observar con el Hubble un cuerpo con forma de X al frente de un rastro de material semejante a un cometa. «Cuando vi la imagen sabía que era algo especial», declaró la astrónoma Jessica Agarwal de la Agencia Espacial Europea (ESA) en los Países Bajos. «El núcleo parecía casi separado de la nube de polvo y había intrincadas estructuras entre los escombros.» Los astrónomos supusieron que el choque era reciente, pero tras observar a través del Hubble durante cinco meses el cuerpo excéntrico se sorprendieron al descubrir que habían errado la fecha de la colisión en un año. «Esperábamos encontrar un campo de escombros que se expandiera con violencia, como la metralla de una granada de mano», indicó David Jewitt de la Universidad de California Los Ángeles. «Pero observamos que el objeto se expande muy, muy lentamente». Las imágenes del Hubble, obtenidas entre enero y mayo de 2010, revelan un objeto puntiagudo de unos 120 metros de ancho con una cola de polvo tras una formación en X. Las observaciones también muestran que el objeto mantuvo su forma de X a pesar de la expansión lenta del campo de escombro. Los tamaños de partículas de la cola varían entre el milímetro y los 2,5 centímetros de diámetro. El objeto mostrado en la imagen del Hubble es una reliquia de un cuerpo precursor mayor y los astrónomos piensan que una roca de menor tamaño debió impactar en él. La colisión habría tenido lugar a una gran velocidad, cercana a los 18.000 kilómetros por hora, y habría destruido, vaporizado el asteroide pequeño y extraído material del mayor. El profesor Jewitt calculó que el violento encuentro fue tan potente como la detonación de una bomba atómica pequeña. La presión de la radiación solar debió barrer a continuación el escombro de la parte trasera del asteroide superviviente generando una cola semejante a la de un cometa. En ella hay suficiente polvo como para construir una bola de 20 metros de diámetro, la mayoría extraído del cuerpo mayor por la explosión que siguió al impacto. «Estas observaciones poseen relevancia por cuanto necesitamos averiguar la procedencia del polvo de nuestro Sistema Solar y qué proporción del mismo procede de la colisión de asteroides y qué parte de la desgasificación de cometas», explicó el profesor Jewitt. «También podemos aplicar estos conocimientos a los discos de escombros y polvo que rodean otras estrellas, pues se piensa que se generaron por choques entre cuerpos aún no descubiertos en ellos. Si averiguamos la forma en que se generó el polvo hallaremos datos sobre esos cuerpos invisibles.» Además indicó que este estudio revestía gran importancia debido a que «detectar asteroides en colisión en una cámara es complicado, ya que los impactos grandes no son frecuentes y los pequeños como este son demasiado tenues». El profesor de la UCLA explicó que «los dos asteroides cuyos restos componen [el objeto] no se conocían antes de la colisión porque eran demasiado tenues para detectarse», y que «la colisión no se podía observar porque ocurrió cuando los asteroides estaban en la misma dirección que el Sol». Los astrónomos planean utilizar de nuevo el Hubble en 2011 para observar el asteroide superviviente y esperan medir la distancia a la que la radiación del Sol ha barrido el polvo y estudiar la evolución de la extraña estructura en forma de X. Los resultados del estudio se han publicado en la revista Nature.

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