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TENDENCIAS CIENTÍFICAS: ¿Son las mascarillas el nuevo rostro de nuestra sociedad? La ciencia y el cambio de paradigma en la expresión humana

A medida que las mascarillas se convierten en la norma en un mundo pos-COVID-19, los expertos debaten sobre la adaptación a las nuevas referencias sociales, el reconocimiento facial e incluso sobre los problemas de seguridad.

Investigación fundamental icon Investigación fundamental

Para combatir la propagación del coronavirus, es altamente recomendado el uso de mascarillas faciales al visitar espacios cerrados muy concurridos, y es obligatorio en algunos países europeos. La era de las mascarillas ha llegado, y por tiempo indeterminado.

Un futuro sin rostro

El uso de las mascarillas está afectando la expresión y la interacción humana en un momento en el que nos miramos con inquietud los unos a los otros en busca de rastros de solidaridad, optimismo e incluso peligro. Nos gusta leer rostros y juzgar expresiones, y en este momento las mascarillas esconden todas estas señales. «Solo te quedas con los ojos. Y esto puede dificultar que las personas hagan estos juicios instantáneos que les gusta hacer, incluso cuando están equivocados», declaró Leslie Zebrowitz, profesora de psicología que estudia la percepción facial en la Universidad Brandeis de los Estados Unidos, a «The Washington Post». «Nos sentimos más cómodos cuando sentimos que podemos evaluar cómo es una persona». Los humanos también dependen de las señales emocionales para sobrevivir. «Cuando observas un rostro haces dos cosas a la vez. Intentas revelar la identidad de la persona: ¿La conozco? ¿De dónde la conozco? E intentas leer sus emociones», declaró Eilidh Noyes, profesora de psicología cognitiva de la Universidad de Huddersfield del norte de Inglaterra, a la «CNN». «El reconocimiento de las emociones es importante desde una perspectiva evolutiva, dado que nos ayuda a medir amenazas y además puede facilitar las interacciones sociales positivas. Esto es así tanto para las personas que conocemos bien como para las que nunca antes habíamos conocido».

Ocultarse detrás de la mascarilla

«El principal problema que surge con el uso de las mascarillas es la gran cantidad de personas cubriéndose el rostro de manera repentina», expresa Francis Dodsworth, profesor titular de criminología de la Universidad de Kingston en Londres. «Podría crear oportunidades para quienes quieren cubrir sus rostros por razones viles. Ahora posiblemente puedan hacerlo sin levantar sospechas». El ocultamiento de los rostros también tendrá amplias repercusiones para el crimen y la seguridad. «Muchos de los testimonios ya son problemáticos», añade el doctor Dodsworth. «Incluso cuando un grupo de personas sea testigo del mismo crimen, una persona verá a alguien con bigotes y sombrero, mientras que otra verá a alguien con barba y gafas de sol». ¿Puede la tecnología de reconocimiento facial identificar con precisión a las personas desde lejos? La doctora Noyes comentó lo siguiente: «En la actualidad, no sabemos exactamente cómo las mascarillas faciales afectarán la precisión del reconocimiento facial mediante algoritmos o personas». Y añadió: «Creo que es importante que si encontramos denuncias sobre un algoritmo específico, no las apliquemos a todos los algoritmos porque cada uno tiene sus propias fortalezas y debilidades. Todavía debemos realizar más investigaciones». «Por razones de supervivencia, necesitas saber cuáles son las intenciones de alguien al conocerlo. No poder hacerlo de forma fácil hará que la gente se vuelva naturalmente más cautelosa y tenga una actitud más defensiva, lo que en algunos caso podría, desafortunadamente, dar lugar a enfrentamientos violentos», afirmó Ian H. Robertson, profesor de psicología del Trinity College de Dublín. Kate Gray, especializada en el procesamiento de las emociones en la Universidad de Reading en el Reino Unido, cree que la adaptación a una sociedad sin rostro llegará sin problemas: «Creo que nos acostumbraremos rápidamente a captar las señales sociales y emocionales de la voz o del lenguaje corporal».

Palabras clave

COVID-19, coronavirus, mascarilla, rostro, interacción social