Nuevas soluciones para convertir las algas en materia prima sostenible
Las poblaciones en crecimiento requieren más alimentos y utilizan más cosméticos, pero la materia prima utilizada para producir y transportar estos productos requiere utilizar una cantidad considerable de combustibles fósiles, que a su vez producen gases de efecto invernadero nocivos. Dado que Europa importa actualmente cerca del 68 % de sus materias primas, su industria alimentaria, cosmética y de piensos lleva asociado un importante coste de carbono. La Unión Europea (UE) trata de reducir su huella de carbono, por lo que debe desarrollar sus propias opciones de materias primas sostenibles y de base biológica. Una de esas opciones es el uso de materias primas de base acuática, como las algas. Sin embargo, para ello se requiere primero optimizar las tecnologías y los procesos; aquí es donde entra en juego el proyecto BIOSEA, financiado con fondos europeos. Liderado por la Asociación de Investigación de la Industria Textil (AITEX), el proyecto BIOSEA tiene por objeto encontrar una solución viable para la producción de los ingredientes que se utilizan en las industrias de alimentos, piensos y cosméticos. «Nuestro objetivo era demostrar un proceso completo y sostenible para convertir la biomasa de algas en materia prima utilizable», afirma Simona Moldovan, directora de proyectos internacionales de AITEX y coordinadora del proyecto BIOSEA.
Optimizar métodos innovadores
Según Moldovan, se ha demostrado que la materia prima de las algas es una alternativa sostenible a las fuentes convencionales que se utilizan en los procesos de producción industrial. Como resultado, el proyecto BIOSEA centró sus esfuerzos en optimizar métodos innovadores para cultivar tanto microalgas (a través de fotobiorreactores) y macroalgas, o algas marinas (a través de granjas en mar abierto, estanques abiertos y fotobiorreactores modulares). Por ejemplo, los investigadores del proyecto mostraron cómo utilizar fotobiorreactores cerrados para cultivar microalgas y cómo cultivar macroalgas verdes en estanques abiertos usando jaulas. Ambos métodos demostraron aumentar el rendimiento de los ingredientes. «Puesto que todos estos métodos pueden efectuarse en Europa, eliminan la necesidad de importar materias primas», explica Moldovan. A través de estos métodos, los investigadores desarrollaron y demostraron una serie de ingredientes sustitutivos para la fabricación de alimentos, piensos y productos cosméticos. Se incluían, entre otros, un sustituto de la proteína de soja a base de algas que se utilizó satisfactoriamente para fabricar hamburguesas vegetales y un sustituto a base de algas para el plasma de pescado, que se utiliza en diversos piensos. Los investigadores de BIOSEA también desarrollaron y ampliaron un protocolo de extracción de cero residuos adaptado a cada tipo de alga. «Nuestro objetivo era extraer productos útiles en “cascada”, de modo que cada etapa de refinación diese lugar a nuevos productos útiles y no desechase residuos», añade Moldovan.
La primera semilla está plantada
El proyecto BIOSEA logró con éxito ser una iniciativa clave para validar una materia prima sostenible para la bioindustria europea. Al demostrar el uso de la biomasa de las algas —desde su cultivo hasta el uso final—, el proyecto ha aumentado su conocimiento y aceptación entre posibles consumidores. «No solo demostramos que una industria sostenible es posible, sino que también pusimos de manifiesto que la colaboración entre la industria y la investigación puede dar lugar a resultados satisfactorios», concluye Moldovan. «Ahora que se ha plantado la primera semilla, es hora de que sigamos desarrollando nuestros métodos con vistas a crear una auténtica economía azul de base biológica en Europa».
Palabras clave
BIOSEA, algas, sostenible, materia prima, economía azul, gases de efecto invernadero, alimentos, piensos, cosméticos, huella de carbono, biomasa