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How sociocultural forces shape the emotion lexicon in hunter-gatherer languages

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Un estudio sugiere que los patrones de asentamiento conforman el lenguaje emocional

El primer estudio que compara grupos cazadores-recolectores nómadas y sedentarios revela que el sistema emocional de los pueblos nómadas evoluciona en respuesta a las circunstancias vitales cambiantes y a la transformación del mundo social.

El primer estudio comparativo de la emoción entre dos de las últimas poblaciones de cazadores-recolectores del mundo sugiere que, cuando los humanos se asientan en un territorio, su lenguaje emocional se adapta para reflejar la nueva realidad social. Los investigadores compararon los sistemas de las emociones de dos comunidades tradicionalmente cazadoras-recolectoras de Tailandia: el pueblo mlabri, que fue nómada hasta que se le obligó a asentarse en poblados permanentes a partir de los años ochenta y noventa del siglo pasado, y los recolectores-cazadores maniq, quienes siguen siendo nómadas. Ambas son dos comunidades de tamaño similar, de entre trescientas y cuatrocientas personas, y que comparten una organización social que hace hincapié en la igualdad material y social. Sin embargo, su historia reciente ha cambiado aspectos de su mundo emocional, afirma Ewelina Wnuk, lingüista que dirige el proyecto HG-Emo en el University College (UCL(se abrirá en una nueva ventana) de Londres). Con el apoyo de las Acciones Marie Skłodowska-Curie(se abrirá en una nueva ventana), Wnuk se basó en su anterior trabajo de campo con el pueblo maniq y formó equipo con investigadores experimentados en los mlabri para observar a ambos pueblos y llevar a cabo una recopilación sistemática de datos invitando a los participantes a describir las emociones evocadas por distintos estímulos.

Sentir el mundo material

«Los mlabri utilizaron muchos más prestamos del tailandés y tenían nuevas expresiones de emoción que no se habían registrado anteriormente», comenta Wnuk. Los mlabri también mostraron diferentes valoraciones de algunos escenarios emocionales. «Expresaron sentimientos de apego a objetos materiales no vitales más a menudo que los maniq y manifestaron más sentimientos parecidos al rechazo cuando se enfrentaban a la posibilidad de deshacerse de ellos», añade Wnuk. Esta diferencia apareció durante una tarea para suscitar emociones y concordó con las observaciones del día a día por parte de los investigadores. «Los maniq, al contrario de los mlabri, no conservan muchas posesiones no vitales y suelen dejar objetos tras ellos, así que no sorprenden las diferentes reacciones emocionales en este contexto», observa Wnuk. Wnuk cree que el léxico cambia gradualmente con el tiempo para describir nuevos aspectos del orden social, las relaciones sociales y la realidad intangible. «Los mlabri han adoptado conceptos como “perder el tiempo” y “agradecer”, los cuales no estaban presentes anteriormente», apunta Wnuk. Hasta el momento, los mlabri han conservado un patrón característico de grupos igualitarios compartido con la comunidad maniq: ambos evitan expresar emociones negativas vistas como agresivas o críticas, tales como la ira. «Sus lenguas tienen términos específicos para comunicar dicha evitación (“piyaɲ picɨh” en lengua maniq, “ɲam dɔk” en lengua mlabri», cuyo significado en ambos es literalmente “poner a un lado, dejar”)», explica Wnuk. Wnuk vincula dicha evitación con el hecho de que ambas comunidades desaprueban a las personas que asumen una posición superior y reivindican autoridad moral. El proyecto también investigó las metáforas de emociones en lengua mlabri, para poner en cuestión una creencia anterior acerca de la universalidad del vínculo entre los sentimientos de felicidad con una posición espacial elevada y los sentimientos de tristeza con una posición espacial baja, al igual que en las expresiones inglesas «feeling upbeat» (sentirse optimista, que incluye el prefijo «up-» que indica aumento o ascenso) y «feeling downhearted» (sentirse desanimado, con el prefijo «down-» que señala disminución o descenso). Resultó que las expresiones en lengua mlabri utilizan una asignación inversa, en la expresión «klol jur», «estar feliz, contento», que literalmente significa «corazón cayendo», lo que refleja la visión del mlabri de que los estados afectivos positivos son idealmente de activación baja. Los investigadores consideran que el proyecto es particularmente importante puesto que ha reunido datos sobre un nicho cultural infrarrepresentado. La mayor parte de la investigación sobre las emociones humanas se centra en sociedades del mundo industrializado. «Debemos estudiar con urgencia las últimas sociedades de cazadores-recolectores, puesto que están desapareciendo rápidamente, a fin de comprender mejor los aspectos fundamentales de la emoción humana», afirma Wnuk.

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