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PRevention Of Malnutrition In Senior Subjects in the EU

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Las dietas ricas en proteínas pueden propiciar un envejecimiento saludable

La falta de proteínas en su dieta provoca que las personas mayores sufran riesgo de malnutrición proteínica. Sin embargo, mediante asesoramiento nutricional y acceso a productos hiperproteínicos interesantes podría propiciarse un envejecimiento saludable.

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Aunque durante los últimos años se ha prestado más atención al problema de la malnutrición en las residencias de ancianos y los hospitales, la mayoría de las personas de edad avanzada siguen viviendo en su hogar. En consecuencia, la malnutrición a menudo comienza en la comunidad en general. «La prevención es esencial, porque una vez que el paciente está desnutrido, puede resultar difícil de tratar», afirma la coordinadora del proyecto PROMISS, Marjolein Visser, catedrática de Envejecimiento Saludable en la Universidad Libre de Ámsterdam (Países Bajos). «Con este proyecto queríamos comprender la función que pueden desempeñar los alimentos en materia de prevención, centrándonos en particular en las proteínas. Nos daba la impresión de que no sabíamos realmente si las personas mayores ingerían cantidades suficientes de este nutriente esencial ni si comprenden exactamente qué son las proteínas».

Más proteínas en la alimentación

El proyecto PROMISS reunió a diversos socios científicos, que combinaron sus datos sobre alimentación y resultados clínicos. «Obtuvimos un conjunto de datos enorme que nos permitió plantear preguntas como: ¿cuándo consumen proteínas las personas mayores? O, ¿influye lo activas que son?», explica Visser. «También realizamos una encuesta en línea en cinco países europeos para comprobar qué sabe este grupo de la población sobre las proteínas. Queríamos saber asimismo qué fuentes de proteínas alternativas estarían dispuestos a consumir, por ejemplo insectos o sustitutos de la carne». El proyecto contó además con la participación de fabricantes, que colaboraron con los investigadores para reformular y poner a prueba productos ricos en proteínas que podrían gustarles a las personas mayores. La acción más ambiciosa de todo el proyecto fue la captación de un grupo de unas doscientas ochenta personas con más de setenta años y una ingesta relativamente reducida de proteínas. Con la cooperación de nutricionistas, se pidió a este grupo que introdujese más proteínas en su dieta durante medio año para ver el impacto de este cambio sobre diversas funciones, como la velocidad al caminar. «Supuso un gran esfuerzo que incluyó, asimismo, un grupo de control y acciones constantes de seguimiento», explica Visser. «Al final ya casi nos hicimos amigos, ¡incluso nos invitaron a la celebración de unas bodas de oro!».

Sopesar el impacto ambiental

Los datos del proyecto contribuirán a desarrollar una recomendación para un consumo óptimo de proteínas. «Descubrimos que una mayor ingesta de proteínas podría mejorar las funciones físicas de las personas de mayor edad», añade Visser. «Sin embargo, pedir a las personas que consuman más proteínas genera un problema medioambiental». Por ello, el proyecto también se centró en el impacto ambiental asociada a un aumento del consumo de proteínas y en la forma de limitar su impacto. «Los mayores a menudo dejaron claro que no tenían intención de hacerse veganos ni vegetarianos», señala Visser. «Existen numerosas alternativas ricas en proteínas, como las legumbres y los frutos secos; pero cambiar de tipo de carne (de ternera y cordero a cerdo y pollo) también puede mejorar la sostenibilidad de esa dieta. No es cuestión únicamente de volverse vegano o vegetariano, sino de tomar decisiones inteligentes». Estos hallazgos se han traducido en materiales pensados para ayudar específicamente a médicos de cabecera, geriatras y nutricionistas a informar a las personas mayores sobre las elecciones alimentarias y las fuentes adecuadas de proteínas. La información obtenida también ha ayudado a los fabricantes a reconocer cómo podrían renovar la imagen de algunos productos ricos en proteínas para este segmento de mercado específico. «Hemos descubierto que a una gran parte de las personas mayores en Europa les gusta la sopa», comenta Visser. «Una opción realmente interesante y eficiente sería incluir en una sopa la mayor cantidad de proteínas posible, sin renunciar al sabor».

Palabras clave

PROMISS, malnutrición, alimentación, proteína, envejecimiento, dieta, clínicos

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