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The evolution of linguistic complexity

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Estudio de la complejidad evolutiva de las lenguas

Unos investigadores están descubriendo algunas grandes ideas en el ámbito de la lingüística evolutiva al combinar experimentos individuales y modelos informáticos.

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En lo que respecta a los idiomas, se podría decir que «se habla como se aprende». Tal y como explica Kenny Smith, catedrático de la Universidad de Edimburgo: «Las características estructurales fundamentales de una lengua son una consecuencia de cómo se aprende. Dado que una lengua se transmite de generación en generación, al final los errores y las pequeñas modificaciones que hacemos se vuelven parte del sistema lingüístico». Durante una investigación anterior, financiada con fondos europeos, Smith ayudó a desarrollar técnicas experimentales y de modelización para estudiar cómo evolucionan las lenguas. Si bien esta clase de modelos han hecho maravillas a la hora de demostrar la evolución de las lenguas, lo han logrado con lenguas sencillas. «Los tipos de lenguas que se estudiaban antes eran muy sencillas —agrega Smith—. Sin embargo, las lenguas humanas reales son muy complejas, por lo que necesitábamos llevar nuestras capacidades de modelización al siguiente nivel». Smith, que cuenta con el apoyo del proyecto financiado con fondos europeos ELC, ha ampliado los métodos pioneros del Centro para la Evolución de las Lenguas de la Universidad de Edimburgo para abordar dos preguntas básicas relacionadas con la complejidad de las lenguas. «En primer lugar, queríamos saber cómo influye la complejidad lingüística en el aprendizaje de idiomas —explica Smith—. En segundo lugar, estudiamos dónde se daban las condiciones propicias para desarrollar la complejidad de una lengua».

Experimentos individuales y modelización informática

Para responder a estas preguntas, el equipo del proyecto ELC, que recibió financiación del Consejo Europeo de Investigación, combinó experimentos individuales con participantes humanos y modelos informáticos. «Llevamos a cabo un trabajo de modelización maravilloso sobre la evolución de la lengua en poblaciones heterogéneas complejas, el cual me entusiasma mucho, y un gran estudio experimental sobre la evolución de la irregularidad que es muy bueno», señala Smith. A partir de este trabajo, el equipo del proyecto llegó a varias conclusiones interesantes. Por ejemplo, al examinar si un tipo concreto de organización de paradigmas flexivos facilita el aprendizaje, los investigadores descubrieron que su efecto era mucho menor de lo que se creía con anterioridad. «Esto plantea un conjunto interesante de preguntas que creía que habían sido cuidadosamente ordenadas y revela que no hay nada que sustituya a la comprobación empírica de este tipo de afirmaciones», comenta Smith. Otra línea de investigación se centró en si las personas imitaban a un interlocutor óptimamente informativo o demasiado informativo. «Si estoy tratando de que me des el vaso y no el lápiz, puedo decir “pásame el vaso”, sin tener que decir “pásame el vaso rojo”», explica Smith.

Imitar a tu interlocutor

Si bien cada vez hay más trabajos de investigación que hacen hincapié en la eficacia comunicativa, en la que las personas deben centrarse en ser lo más informativas posible y evitar el desperdicio de esfuerzos, los investigadores descubrieron que esto no tiene por qué ser así. En este sentido, descubrieron que las personas tienden a imitar todo lo que hace su interlocutor. En otras palabras, si su interlocutor se comporta de manera redundante, seguirá su ejemplo. «Esto demuestra la necesidad de integrar estos efectos sociales en nuestras teorías sobre la eficacia y la optimización del diseño de las lenguas —comenta Smith—. ¿Cómo es posible que las lenguas terminen logrando un diseño tan bueno, con una complejidad solo en los lugares correctos, si un idioma depende tanto de que lo hablemos como las personas con las hablamos?»

Mostrar lo que se puede hacer

En conjunto, estos descubrimientos revelan cómo se pueden tomar grandes ideas de la lingüística evolutiva y convertirlas en afirmaciones específicas que se pueden corroborar de forma empírica con experimentos y modelos. «El número de proyectos que han tratado de convertir las teorías sobre el efecto del aprendizaje o la interacción en hipótesis que se puedan corroborar de forma experimental es bastante limitado —concluye Smith—. Nuestro trabajo puede no ser la última palabra sobre estos temas, pero creo que muestra lo que se puede hacer».

Palabras clave

ELC, lengua, lingüística, modelización informática, lingüística evolutiva, aprendizaje de idiomas

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