Contar los pollos antes de que nazcan
La industria de la alimentación depende de dos razas diferentes de pollo: los pollos de engorde para la carne y las ponedoras para los huevos. «Sin embargo, los pollos machos no pueden poner huevos y son demasiado escuálidos para el mercado avícola», explica Yehuda Elram, cofundador y director general de eggXYt en Israel, cuyos abuelos eran productores de huevos. Subraya que cada año en todo el mundo se sacrifican cerca de 7 000 millones de pollos machos, el 50 % de todas las crías. Puncionar un huevo a fin de extraer material genético para realizar pruebas es caro y expone al huevo a contaminaciones. Sin embargo, el equipo del proyecto eggXYt ha desarrollado una manera de utilizar la vanguardista tecnología de edición genómica CRISPR para añadir un biomarcador genético al cromosoma masculino de los embriones dentro del huevo. Los huevos con machos brillan al pasar por un escáner especialmente diseñado por el equipo de eggXYt.
Crear una «supergallina»
«Necesitamos crear una nueva “supergallina”, que se reproducirá y multiplicará», afirma Elram. A continuación, dichas gallinas pondrán huevos cuyos embriones machos portarán el biomarcador. Eliran Kadosh, director de investigación de eggXYt, lo explica: «Utilizamos CRISPR para escindir el ADN del pollo en un lugar concreto y elegido del genoma. Eso no altera la expresión normal de otros genes, lo cual podría perjudicar el desarrollo, el bienestar, la viabilidad o la fertilidad del pollo. No obstante, permite que se exprese de forma eficiente la proteína roja fluorescente que deseamos incorporar». Eso supuso un reto. Las células germinales primordiales son sensibles y requieren unas condiciones de laboratorio únicas para proliferar. Según Kadosh, lograr extraerlas y que crezcan resulta complejo. «Sin embargo, logramos manipularlas con la modificación genética deseada para conseguir que se pueda detectar el sexo».
Escáner desarrollado en tándem
El equipo desarrolló la tecnología de escaneado desde cero, mientras trabajaba en la producción del pollo editado genéticamente. Ello implicó probar diferentes aspectos, como la fuerza, el ángulo y la fuente de luz, así como la temperatura del huevo, afirma Kadosh. El escáner identifica embriones machos dentro del huevo al detectar la longitud de onda del marcador genético fluorescente que indica un cromosoma masculino Z. «Resultó complicado diseñar el escáner sin saber qué datos se debían detectar», afirma Kadosh, quien explicó como el equipo tuvo que encontrar una manera de imitar y evaluar la señal esperada a partir de una célula editada genéticamente. Descubrieron que la señal autofluorescente difiere en función de cada huevo. «Sin embargo, la mayoría de huevos se encuentran en una región distinguible que permite discriminar entre huevos marcados (machos) y huevos sin marcar (hembras) con un elevado nivel de confianza», indica Kadosh.
Readaptar los huevos con machos sin incubar
Los pollos hembras llegan al mercado intactos, subraya Elram. «No hemos intervenido en la genética de las hembras, pero todos los huevos con machos reciben un cromosoma Z de la gallina “madre” marcada». Los huevos con machos sin incubar se pueden readaptar y utilizar en otros sectores, como la industria cosmética, que utiliza huevos como ingrediente químico. Eso permitirá ahorrar en costes relacionados con la incubación, las emisiones de carbono, el sexado y el sacrificio, ya que la industria emplea «sexadores» altamente cualificados para identificar los polluelos machos. «Aborda muchas de las cuestiones relacionadas con el bienestar animal y derivadas de crear animales que no se necesitan», concluye Elram.
Palabras clave
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