Fomentar el poder de los progenitores en la educación infantil de los hijos
La educación infantil y atención a la infancia (EIAI) prepara a los niños para la vida, ya que sienta las bases para que puedan lograr el éxito en cuanto a educación, bienestar, empleabilidad e integración social. Proporcionar apoyo a los padres para ayudarlos a implicarse en la educación infantil de sus hijos puede ampliar aún más los beneficios de las iniciativas de calidad en materia de EIAI. En Irlanda, la Iniciativa de Desarrollo Infantil(se abrirá en una nueva ventana) (CDI, por sus siglas en inglés) se centra en apoyar tanto a los niños como a los progenitores durante esos primeros años importantes en la escuela, para lo que presta especial atención a las familias que padecen pobreza o exclusión social.
Una crianza poderosa
La CDI, cuya sede se encuentra en Tallaght (Dublín), ha desarrollado el modelo de crianza poderosa(se abrirá en una nueva ventana), el cual ofrece un mediador parental o del cuidador (PFC, por sus siglas en inglés) en el marco de los servicios de cercanía relativos a la EIAI. «Los PFC trabajan con los progenitores para identificar las necesidades, ofrecen apoyo individual y grupal, y se coordinan con los servicios educativos, sanitarios y sociales pertinentes», afirma Catarina Leitão, quien emprendió la investigación con una beca de las Acciones Marie Skłodowska-Curie en la CDI. El objetivo de su proyecto, denominado PEAR_EC, era estudiar el modelo de crianza poderosa y examinar su repercusión en las familias y cómo puede orientar las políticas en materia de EIAI. Para comprender mejor la repercusión del modelo en las familias y los niños, Leitão comparó a los progenitores que recibieron apoyo del modelo (el grupo de intervención) con los progenitores que no lo hicieron (el grupo de comparación). Los padres de ambos grupos cumplimentaron un cuestionario en línea que incluía herramientas estandarizadas para evaluar las relaciones de los progenitores con los profesionales de EIAI, su entorno de aprendizaje en el hogar y sus niveles de estrés. El proyecto no encontró diferencias significativas entre los grupos de intervención y comparación. Además, las repercusiones no variaron en función de las características de la familia, como la constitución del hogar, la etnia, los ingresos y el nivel educativo de los progenitores. «Dado que los grupos de intervención y control no eran equivalentes en todas las características contextuales observadas, resulta difícil sacar conclusiones sobre las repercusiones», explica Leitão. Sin embargo, otros aspectos del proyecto subrayaron la importancia de integrar el apoyo a las familias en los servicios de EIAI. Las entrevistas con los progenitores, los PFC y los directores de EIAI se centraron en cuáles eran las características más útiles del modelo de crianza poderosa para los progenitores y los niños. Sus respuestas revelaron que el apoyo adaptado a las necesidades de las familias y las actividades en las que participan tanto los niños como los progenitores son algunas de las características más valiosas del modelo. «Los progenitores consideraron la crianza poderosa como un puente entre el hogar y la escuela infantil», señala Leitão. Una de las principales ventajas del modelo que destacaron los progenitores es que mejora su acceso a la información pertinente y permite un apoyo flexible a las necesidades particulares de cada familia.
Lecciones de la COVID-19
La pandemia de COVID-19 introdujo una serie de retos nuevos para todas las familias. Leitão y sus homólogos realizaron un estudio(se abrirá en una nueva ventana) en el contexto del proyecto PEAR_EC para conocer mejor la repercusión de la pandemia en las familias que viven en barrios desfavorecidos. Entre sus hallazgos, surgió que el estrés de los progenitores durante este período tuvo una repercusión negativa en el comportamiento y la gestión emocional de sus hijos. Es importante destacar que el estudio también reforzó investigaciones anteriores que indicaban que el apoyo social, los servicios de cuidado de niños y las escuelas proporcionan un importante entorno enriquecedor tanto para los niños como para los progenitores. «La investigación sobre los efectos a corto y largo plazo de la pandemia nos ayuda a comprender mejor las necesidades y los recursos de las familias. Los puntos de vista y las experiencias de los niños, los progenitores y los profesionales resultan fundamentales para orientar prácticas y políticas eficaces destinadas a apoyar a las familias», añade Leitão. La investigadora espera que los hallazgos del proyecto orienten los enfoques para garantizar un acceso mayor y más inclusivo a los servicios de apoyo a la crianza durante los primeros años de escolarización de los niños, especialmente para las familias en situaciones vulnerables, en el contexto del modelo nacional de apoyo a la crianza que recientemente se ha puesto en marcha en Irlanda.