Mejorar la absorción por el mercado de portadores intermedios de bioenergía
La bioenergía es uno de los pilares de la estrategia de la Unión Europea (UE) para reducir las emisiones de carbono. Sigue siendo la principal fuente de energía renovable en la UE, con una proporción de casi el 60 %(se abrirá en una nueva ventana). Sin embargo, la biomasa no siempre está disponible. Además, su transporte, almacenamiento y utilización pueden resultar engorrosos, lo que dificulta la producción de productos de alto valor, como los combustibles de aviación y de uso marítimo. Convertir la biomasa en productos intermedios más densos y fáciles de manipular, los llamados portadores intermedios de bioenergía (PIB), puede ayudar a resolver estos problemas. «No obstante, la aplicación de tecnologías de PIB adolece del problema del “huevo y la gallina”: para desarrollar más plantas de producción, es necesario que haya un mercado, pero los mercados no se desarrollarán cuando no haya suficiente producción. Lo ideal sería que los PIB se convirtieran en “materias primas”, que se comercializaran libremente en un mercado competitivo, garantizando la seguridad del suministro y la compra estable a muchos clientes», explica Patrick Reumerman, coordinador del proyecto. Para conseguirlo, el equipo del proyecto MUSIC(se abrirá en una nueva ventana), financiado con fondos europeos, se propuso facilitar la introducción en el mercado de tres tipos de PIB: aceite de pirólisis, biomasa torrefactada y aceite microbiano. Esto se lograría mediante el desarrollo de estrategias de movilización de materias primas, la mejora de una logística rentable y la creación de centros comerciales.
Estudios de caso de aceite de pirólisis, biomasa torrefactada y aceite microbiano
Para abordar la variedad de opciones de aplicación de los PIB, el proyecto desarrolló estudios de caso. En el estudio de caso griego, se investigaron la logística y la viabilidad de las cadenas de valor de la biomasa torrefactada en aplicaciones específicas de calefacción, generación de electricidad e industrias de alto consumo energético. Por ejemplo, el uso de biomasa torrefactada para sustituir el carbón de lignito en las centrales eléctricas griegas. El estudio de caso italiano se centró en la posible utilización de residuos agrícolas para producir aceite microbiano. El aceite microbiano podría utilizarse como materia prima en las refinerías de ENI situadas en Gela (Sicilia) y Porto Marghera (Véneto) a fin de producir combustibles ecológicos para el transporte. El estudio de caso nórdico se centró en el posible uso de las materias primas renovables de las industrias forestales nórdicas para producir aceite de pirólisis. El aceite de pirólisis se transportaría después a los Países Bajos, donde podría transformarse en biocombustible de uso marítimo y sustituir a los combustibles fósiles en el sector marítimo internacional. Por último, el estudio de caso internacional se centró en la viabilidad del uso de biomasa torrefactada en la producción de acero. La biomasa torrefactada podría utilizarse en los altos hornos de las acerías europeas de ArcelorMittal como sustituto del carbón fósil.
Diseñar cadenas de suministro viables
Al hablar de los resultados del proyecto, Reumerman señala: «Se elaboraron estudios de caso que abarcaban toda la cadena de valor, desde la materia prima hasta la aplicación final, y se identificaron los escollos y los obstáculos. Se informó a las partes interesadas y se identificaron las barreras y los impulsores. Se formularon y publicaron(se abrirá en una nueva ventana) recomendaciones para asesorar a los responsables políticos sobre el desarrollo de condiciones marco adecuadas y la eliminación de barreras». Sin embargo, el resultado clave del proyecto fue la capacidad de reunir a todas las partes interesadas de todas las cadenas de valor relevantes y concienciar sobre los beneficios de los portadores intermedios de bioenergía. «El equipo del proyecto demostró que es factible crear cadenas de valor viables e identificó los avances técnicos necesarios», añade Reumerman. Además, se publicaron tres libros blancos sobre biomasa torrefactada, bioaceite de pirólisis rápida y aceite microbiano, en los que se presentan las ventajas de estos PIB de forma exhaustiva pero accesible. «Con la información y las herramientas que se proporcionan en el proyecto, es posible desarrollar y aplicar cadenas de valor sostenibles y aprovechar el marco político de gran apoyo que se está ultimando en la UE en forma de la RED III, la iniciativa ReFuelEU Aviation y la iniciativa FuelEU Maritime», concluye Reumerman.