Un estudio avanza en la búsqueda de nuevos tratamientos para la cirrosis hepática
Las enfermedades hepáticas —entre las que se incluye la cirrosis hepática— son una de las principales causas de morbilidad y mortalidad en Europa. También suelen afectar a una población más joven que otras enfermedades crónicas como las cardiovasculares y el cáncer de pulmón. Tal y como explica Elisa Pose, miembro del proyecto LIVERHOPE(se abrirá en una nueva ventana), del Instituto de Investigaciones Biomédicas August Pi i Sunyer (IDIBAPS(se abrirá en una nueva ventana), centro de investigación del Hospital Clínic de Barcelona) en España: «Las enfermedades hepáticas están causadas por dos factores principales: el alcohol y factores metabólicos como la diabetes, la obesidad y el síndrome metabólico. Los síntomas clínicos pueden tardar años en aparecer».
Necesidades clínicas insatisfechas en la cirrosis en fase avanzada
En las fases avanzadas de la enfermedad, cuando las tasas de mortalidad son muy elevadas, se dispone de muy pocos tratamientos eficaces. El equipo del proyecto LIVERHOPE, financiado con fondos europeos y dirigido por Pere Ginès, del IDIBAPS, pretendía dar respuesta a esta necesidad clínica. Esto se logró mediante el ensayo de un nuevo tratamiento innovador, diseñado para mejorar el pronóstico de los pacientes con cirrosis en fase avanzada. El ensayo se basó en investigaciones anteriores que sugerían que la combinación de rifaximina —un antibiótico— y simvastatina —un fármaco hipolipemiante— podría ser eficaz para tratar la enfermedad. «La rifaximina ya se utiliza en pacientes con cirrosis, mientras que ha crecido el interés científico por los posibles efectos beneficiosos de la simvastatina», comenta Pose. Para conocer a fondo la eficacia de este tratamiento, el equipo del proyecto LIVERHOPE llevó a cabo 2 ensayos aleatorizados a doble ciego en los que participaron 5 países de la Unión Europea, 14 hospitales universitarios y 237 pacientes voluntarios. «Este ensayo se llevó a cabo en los niveles más altos de la práctica clínica», señala Pose.
Análisis del efecto combinado en los pacientes
El hallazgo más importante fue que el ensayo no pudo demostrar definitivamente un efecto positivo de la combinación de ambos fármacos en pacientes con cirrosis en fase avanzada. «Nuestro criterio de evaluación era ambicioso —explica Pose—. Queríamos prevenir las complicaciones graves de la enfermedad, pero no pudimos demostrar estos efectos beneficiosos en los pacientes tratados». Dado que las pruebas científicas previas habían sugerido que los fármacos podían ser eficaces, Pose asegura que era necesario realizar un ensayo de esta profundidad y calidad. «Necesitábamos saber si la combinación de estos fármacos tendría un efecto beneficioso». Además, es posible que la cohorte de pacientes utilizada estuviera demasiado enferma para responder a la medicación. Los resultados podrían haber sido más positivos si se hubiera tratado a pacientes en fases menos avanzadas de la enfermedad. «En estos momentos se están llevando a cabo dos ensayos clínicos internacionales similares, con cohortes similares de pacientes —destaca Pose—. Será muy interesante ver si los resultados negativos se confirman o no».
Próximos pasos hacia el tratamiento de la cirrosis en fase avanzada
El proyecto LIVERHOPE constituyó un paso adelante necesario en la búsqueda de tratamientos eficaces para tratar la cirrosis en fase avanzada. Aunque es probable que la simvastatina pueda tener un efecto beneficioso, los investigadores tendrán que redefinir la fase de la enfermedad en la que se trata a los pacientes. «Actualmente, se están probando otros tratamientos prometedores —añade Pose—. Uno es la aplicación de albúmina, una proteína que se produce en el hígado. Estudios recientes sugieren que esto puede ser beneficioso para los pacientes, aunque es necesario seguir investigando». Otra línea de investigación interesante es el trasplante de microbiota fecal(se abrirá en una nueva ventana), que se ha utilizado para tratar diferentes enfermedades crónicas. «Estudios preliminares piloto han demostrado efectos beneficiosos en el tratamiento de la cirrosis —afirma Pose—. Nuestro equipo de investigación llevará a cabo un ensayo en los próximos años, para ver si puede ayudar a ralentizar la progresión de la enfermedad».