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Immature mating as a novel tactic of an invasive widow spider

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En una investigación se estudian las opciones de apareamiento de los machos de araña viuda

Las arañas viuda del género «Latrodectus» desafían las reglas convencionales del apareamiento. Investigadores financiados con fondos europeos estudian por qué y cómo los machos de araña viuda se aparean con hembras inmaduras y cómo el hecho de sacrificarse voluntariamente durante la cópula con las maduras determina su éxito reproductivo.

Estudios recientes han revelado que los machos de ciertas arañas viuda del género «Latrodectus»(se abrirá en una nueva ventana) se aparean con hembras inmaduras, algo que antes se consideraba imposible. Por definición, se consideraba que solo los adultos eran sexualmente maduros y poseían los genitales desarrollados necesarios para la reproducción. Sin embargo, en el caso de las especies «L. geometricus» y «L. hasselti», los órganos copuladores de las hembras están desarrollados hasta cierto punto y son funcionales antes de alcanzar su fase adulta.

¿Podrían los machos sobrevivir para aparearse otro día?

Esta práctica de apareamiento poco convencional difiere del apareamiento normal en estas dos especies. Cuando se aparean con adultos, los machos facilitan activamente el canibalismo de las hembras mediante una postura copulatoria específica, pero no tienen este comportamiento con las hembras inmaduras. El macho mantiene una posición segura durante toda la cópula con las hembras inmaduras, situado lejos de los colmillos de la hembra. Por el contrario, cuando se aparea con hembras adultas, el macho acaba en una posición vulnerable, propenso al ataque de la hembra. Otros estudios demostraron que el canibalismo sexual desencadenado por los machos es ventajoso para los machos de la especie «L. hasselti». A pesar de limitarse a un único apareamiento, los machos se benefician, ya que las hembras se vuelven menos receptivas a nuevos compañeros tras haber canibalizado a un macho durante la cópula. Por lo tanto, «el canibalismo sexual en “L. hasselti” no representa un caso de conflicto sexual. Se trata más bien de una estrategia adaptativa masculina para maximizar el éxito reproductivo de los machos invirtiendo todos sus esfuerzos en aparearse con una sola hembra», señala Lenka Sentenska, coordinadora del proyecto Widow Spider Mating. La finalidad de este comportamiento en la araña viuda parda «L. geometricus» sigue siendo desconocida. La investigadora, que contó con la financiación de las Acciones Marie Skłodowska-Curie(se abrirá en una nueva ventana), examinó la importancia de la postura copulatoria de los machos tanto en el apareamiento normal como en el inmaduro. «Congelamos arañas apareándose utilizando nitrógeno líquido y las escaneamos con un microtomógrafo para revelar la interacción entre los órganos copuladores masculinos y femeninos durante la cópula —explica Sentenska—. A pesar del sorprendente contraste en las posiciones de apareamiento, el acoplamiento genital sigue siendo el mismo, tanto si el macho se aparea con una hembra adulta como inmadura. Concluimos que el salto mortal realizado con hembras adultas no proporciona ninguna ventaja mecánica durante el apareamiento».

Optar por hembras maduras e impedir que las inmaduras vuelvan a aparearse

Sentenska estudió un método para asegurar la paternidad en las arañas viuda —un proceso conocido como taponamiento— por el que los machos rompen las puntas de sus órganos copulatorios y las dejan en los conductos copulatorios de las hembras, lo que dificulta el apareamiento posterior. «Contrariamente a lo que esperábamos, nuestros hallazgos mostraron que el éxito del taponamiento es mayor en las hembras inmaduras. Esto indica que los genitales de las hembras inmaduras están lo suficientemente desarrollados como para sostener y retener tapones», señala Sentenska. Para investigar la elección de pareja por parte de los machos, los científicos expusieron arañas macho a seda aislada de hembras adultas e inmaduras simultáneamente. A pesar de las aparentes ventajas del apareamiento con hembras inmaduras —sin riesgo de canibalismo, más inserciones y mayor éxito de taponamiento—, los machos mostraron sistemáticamente preferencia por la seda de las hembras adultas. «Estudios anteriores en “L. hasselti” indicaban que el autosacrificio de los machos reduce la receptividad de las hembras a futuros apareamientos. Esto nos llevó a considerar que las hembras inmaduras de “L. geometricus”, que no habían experimentado el autosacrificio del macho, tendrían más probabilidades de volver a aparearse que las adultas. Sin embargo, nuestros resultados contradicen esta predicción», afirma Sentenska. Las hembras que se aparearon por primera vez siendo inmaduras tenían menos probabilidades de volver a aparearse que las que lo hicieron siendo adultas. «Curiosamente, la aparición del autosacrificio de los machos no afectó a la probabilidad de reapareamiento de las hembras adultas apareadas. En consecuencia, el papel del autosacrificio en “L. geometricus” difiere de su congénere y sigue siendo desconocido», concluye Sentenska.

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