III - Desarrollar la próxima generación de energía renovable
Con la energía renovable, no tiene por qué. Europa posee un suministro interno limitado de gas natural, por lo que el continente ha dependido durante mucho tiempo de las importaciones. Antes de la guerra, las importaciones de Rusia representaban cerca del 45 % de la demanda total de gas de la UE. Si a esto se añade que la energía generada con combustibles fósiles es responsable de más del 75 % de las emisiones de gases de efecto invernadero de la UE, rápidamente se puede apreciar el atractivo de las energías renovables. Pero la realidad es que las energías renovables representan poco más del 22 % del consumo de energía actual de la UE, muy lejos del objetivo del plan REPowerEU del 45 % de aquí a 2030. Cerrar esta brecha exigirá ideas originales e innovadoras, que es exactamente lo que se está haciendo en los proyectos que se presentan en este capítulo.
Aumentar la capacidad de las energías renovables
Tomemos como ejemplo el proyecto BioSFerA, cuyos biocombustibles sostenibles podrían reducir las emisiones de carbono de la aviación y el transporte marítimo hasta en un 40 %. Por su parte, los proyectos BIPVBOOST y LIFE BIPV tiene por objeto transformar el perfil urbano en tendidos de energía renovable integrando la energía fotovoltaica directamente en el tejado, la fachada, las ventanas y las paredes de los edificios. Hacerlo podría contribuir sobremanera a aumentar la cuota de energías renovables en la red eléctrica. Y, hablando de energía fotovoltaica, en el marco del proyecto TANGO se está construyendo la mayor fábrica solar de Europa en Italia, que pronto producirá paneles solares de última generación que multiplicarán por quince la capacidad de producción de los paneles convencionales, generando energía renovable de sobra para satisfacer las necesidades energéticas anuales de más de dos millones de hogares.
De la fuente al conmutador
Mientras que los proyectos ELWIND y N2OWF están contribuyendo a la construcción de parques eólicos marinos de última generación en los mares del Norte y Báltico, en los proyectos FreShER y SATHScale se aprovechan tecnologías emergentes como las instalaciones solares fotovoltaicas y los aerogeneradores flotantes. Y si nos centramos en las emisiones de los sectores de difícil descarbonización, en el proyecto CICERONE se está creando una cadena de valor transfronteriza que convertirá la energía de la luz solar del sur de Europa en el amoníaco ecológico empleado por las plantas industriales del norte de Europa. Aunque las innovaciones, las tecnologías y los planteamientos de estos proyectos pueden diferir, todos comparten el mismo objetivo de conseguir que la energía renovable alcance la capacidad necesaria a fin de lograr la independencia energética y la neutralidad climática.