Nuevos conocimientos sobre la causa de los cáncer con metástasis en niños
Los supervivientes de cáncer infantil a menudo sufren tumores con metástasis como resultado del tratamiento mediante quimioterapia o radioterapia. Estas neoplasias relacionadas con el tratamiento son una de las principales causas de mortalidad a largo plazo, aunque no se conocen bien sus causas. «Antes de nuestro trabajo, los detalles mecánicos de cómo surgen las neoplasias malignas con metástasis se aplicaban predominantemente a pacientes adultos con cáncer —explica Ruben van Boxtel(se abrirá en una nueva ventana), investigador principal del Centro Princesa Máxima(se abrirá en una nueva ventana) —. Nos interesaba mucho lo que ocurre en los niños que reciben tratamiento contra el cáncer, ya que sus cuerpos aún se están desarrollando cuando reciben el tratamiento y, además, sus células jóvenes han acumulado muchas menos mutaciones en sus genomas al inicio del tratamiento», añade. En el proyecto SecondCANCERinKIDS(se abrirá en una nueva ventana), financiado por el Consejo Europeo de Investigación(se abrirá en una nueva ventana), van Boxtel y su equipo investigaron las mutaciones en las células madre hematopoyéticas antes y después de la quimioterapia, para ver cómo aparecían las neoplasias mieloides relacionadas con el tratamiento (t-MN, por sus siglas en inglés) en los niños. Los investigadores querían averiguar si los clones malignos existían antes del tratamiento, como en los adultos que desarrollaron t-MN, o si se generaron a causa de él.
Células madre hematopoyéticas
El equipo se centró en el sistema hematopoyético, ya que es uno de los tejidos más sensibles a la exposición a la quimioterapia, y la t-MN es una neoplasia hemática. Además, como el tipo de cáncer más frecuente en los niños es la leucemia, los investigadores podrían aprovechar la disponibilidad de varias muestras secuenciales del mismo tejido a lo largo de la trayectoria de desarrollo de esta enfermedad, lo que les permitiría estudiar su evolución. En el proyecto se estudió esta evolución en casos reales, recogiendo y estudiando retrospectivamente una cohorte de pacientes que desarrollaron una leucemia relacionada con el tratamiento. «También estudiamos las consecuencias de la exposición a la quimioterapia en biopsias de pacientes antes y después del tratamiento, sin saber si estos pacientes desarrollarán la neoplasia con metástasis —señala van Boxtel—. Queremos dar las gracias a los pacientes por permitirnos generosamente utilizar sus muestras para nuestros estudios, lo que ha sido crucial para el éxito de esta investigación». Mediante una serie de métodos analíticos, los investigadores pudieron averiguar qué compuestos son más perjudiciales y rastrear el origen del cáncer. A continuación, validaron sus hallazgos mediante la edición genética CRISPR-Cas9.
Nuevos conocimientos sobre los antivíricos
El equipo descubrió que un medicamento antivírico, el ganciclovir, es extremadamente mutagénico y capaz de generar mutaciones oncogénicas. «Este fármaco antivírico suele administrarse a pacientes inmunodeprimidos que desarrollan reactivación de virus —explica van Boxtel—. En nuestra cohorte, se trataba de niños que recibieron un trasplante de médula ósea». El equipo del proyecto evaluó una colección de medicamentos antivíricos y demostró que existen medicamentos alternativos, no mutagénicos y, por tanto, potencialmente más seguros en estos contextos.
Un potencial para tratamientos alternativos
Una consecuencia directa de los resultados del proyecto podría ser la sustitución de los quimioterapéuticos más nocivos por otros menos dañinos, afirma van Boxtel. Otra podría ser ayudar a elaborar métodos para rastrear muy pronto el inicio de cánceres con metástasis. «Gracias a nuestro respectivo rastreo de linajes, ahora tenemos una buena idea de cuándo se desarrollan las neoplasias malignas con metástasis y qué genes mutan con más frecuencia —afirma van Boxtel—. La detección precoz permitiría tratar antes a los pacientes con riesgo de un cáncer con metástasis». Los investigadores pretenden ahora encontrar determinadas células que resulten menos dañadas o incluso no dañadas tras el tratamiento. «Con suerte, podremos aislar estas “supercélulas madre” y utilizarlas para la medicina regenerativa en pacientes con cáncer infantil», añade van Boxtel.