Skip to main content
Ir a la página de inicio de la Comisión Europea (se abrirá en una nueva ventana)
español español
CORDIS - Resultados de investigaciones de la UE
CORDIS
Archipelagic Imperatives: Shipwreck and Lifesaving in European Societies since 1800

Article Category

Article available in the following languages:

Cómo una cultura moral cambiante lanzó el movimiento de los botes salvavidas

Aunque los naufragios del siglo XIX y los contemporáneos parecen muy diferentes, trazar el desarrollo del movimiento de los botes salvavidas voluntarios arroja luz sobre las complejidades e incoherencias humanitarias actuales.

Antes de la aparición de los botes salvavidas voluntarios en los años veinte del siglo XIX, las responsabilidades hacia las personas en peligro en el mar eran inconsistentes y «ad hoc». Según Henning Trüper, del Centro Leibniz de Investigación Literaria y Cultural(se abrirá en una nueva ventana), los relatos históricos sugieren que no existía una fuerte obligación moral de arriesgar la vida para rescatar a los que estaban en peligro. De hecho, las poblaciones costeras solían mostrarse reacias a los salvavidas, en parte debido al interés económico por rescatar los barcos naufragados. «Los rescates solían ser oportunistas: se salvaba la vida si se corría un riesgo relativamente bajo o si eran el resultado de decisiones espontáneas», afirma Trüper, coordinador del proyecto AISLES, creado para comprender cómo las nociones de moralidad, en términos de valores y normas, cambiaban con el tiempo. El proyecto AISLES fue financiado por el Consejo Europeo de Investigación(se abrirá en una nueva ventana). Uno de los principales temas de interés fue cómo el salvamento de vidas en el mar se vio influido por, e influyó en, la noción más amplia de humanitarismo.

Navegar por las rutas morales hacia el movimiento de los botes salvavidas

El movimiento europeo de botes salvavidas voluntarios nació tanto en los Países Bajos como en el Reino Unido. Hasta 1824, los movimientos voluntarios de botes salvavidas de ambos países habían existido a nivel local, a menudo de forma insostenible, durante unos cincuenta años antes de ser nacionalizados. Según Trüper, es probable que ambos países crearan sus modelos de forma independiente, contrariamente a la opinión predominante de que los neerlandeses siguieron el modelo británico. Los investigadores del proyecto se basaron en material de archivo para interpretar textos (por ejemplo, los informes de rescate), objetos (por ejemplo, las medallas) y, sobre todo, imágenes (por ejemplo, las fotografías) a través de los prismas de la historia, los estudios literarios, la historia del arte, las ciencias sociales y la antropología cultural. El equipo descubrió que, al principio, para recaudar fondos, los movimientos de botes salvavidas crearon una narrativa sobre su propia historia, en la que el voluntariado filantrópico habitual se presentaba como un hecho bastante repentino. Como dice Trüper: «El argumento era que innovaciones como los morteros, junto con desastres dignos de mención, convirtieron el salvamento en una obligación moral, lo que inspiró la fundación de movimientos voluntarios de botes salvavidas. En realidad, el cambio fue gradual». En AISLES se considera que el cambio clave ha estado guiado por una «cultura moral» más amplia, vinculada al auge del humanitarismo como conjunto de movimientos sociales, aunque con diferentes normas para diferentes «cuestiones». «El imperativo moral del movimiento de los botes salvavidas no era tan frecuente en otras situaciones de emergencia. En la lucha contra los incendios, por ejemplo, arriesgar la vida se consideraba a veces inevitable por el bien de la comunidad y no de completos desconocidos», explica Trüper. «Así que vemos una especie de moral selectiva en la creciente cultura del humanitarismo». Aunque el proyecto se centró en Europa septentrional y occidental, otro hallazgo instructivo fue la forma en que la disponibilidad, o la falta, de instituciones de salvamento se utilizó como herramienta imperialista para demostrar la superioridad europea. Por ejemplo, cuando en la década de 1870 se impuso al Imperio otomano un servicio de botes salvavidas en el Bósforo, «como una especie de puerta abierta a la injerencia extranjera, incluido el servicio a los intereses navieros de las potencias europeas», añade Trüper.

Implicaciones y reflexiones relevantes para el humanitarismo actual

Trüper sostiene que el hecho de que las cuestiones humanitarias dispares nunca estuvieran históricamente unidas por una noción única de la moralidad de la ayuda, en la que todas las situaciones de peligro recibieran un trato similar, tiene implicaciones contemporáneas. «Podemos rastrear las limitaciones del humanitarismo actual hasta la accidentada e incoherente cultura moral del pasado. Por ejemplo, hay intervenciones moral y legalmente motivadas para rescatar a quienes corren peligro en las travesías de migrantes en el Mediterráneo, pero ninguna para quienes cruzan el Sáhara por motivos similares y corren peligros parecidos», afirma Trüper. En AISLES se han generado hasta ahora varias publicaciones, entre ellas «Paisajes morales marítimos: sobre la ética y la estética de la emergencia marítima»(se abrirá en una nueva ventana) y un próximo número especial sobre «Imaginarios sociales de la emergencia marítima». También está disponible una monografía(se abrirá en una nueva ventana) en alemán en la que se discuten los fundamentos teóricos del proyecto en términos de normas, valores y el concepto de historia, y el año que viene aparecerá otra sobre la historia de salvar vidas de los naufragios.

Descubra otros artículos del mismo campo de aplicación

Mi folleto 0 0