Formación y herramientas para avanzar en la medicina neonatal
Miles de bebés nacen prematuramente en Europa cada año. Muchos afrontan un mayor riesgo de desarrollar deficiencias cognitivas, conductuales y motoras que podrían repercutir en sus vidas. Aunque la intervención precoz es esencial, los métodos clínicos actuales a menudo dependen de signos tardíos de disfunción. «Muchas tecnologías tampoco están diseñadas o no son adecuadas para los recién nacidos y, en particular, para los bebés prematuros», afirma el coordinador del proyecto PARENT(se abrirá en una nueva ventana), Marco Deriu, del Politécnico de Turín(se abrirá en una nueva ventana), en Italia.
Detección precoz de los trastornos del neurodesarrollo
Con el apoyo de las Acciones Marie Skłodowska-Curie(se abrirá en una nueva ventana), el equipo del proyecto PARENT pretendía mejorar la detección precoz de los trastornos del neurodesarrollo (TND) en los recién nacidos prematuros mediante el desarrollo de herramientas predictivas y explicables. Otra parte importante de PARENT fue la formación de quince investigadores en la fase inicial de su carrera(se abrirá en una nueva ventana) (ESR, por sus siglas en inglés) a través de una red de hospitales, universidades, institutos de investigación y socios industriales de toda Europa. «El proyecto PARENT se organizó en torno a cinco objetivos, cada uno de los cuales abordaba un aspecto fundamental del neurodesarrollo neonatal», explica Deriu. Estos objetivos incluían: imágenes cerebrales híbridas (resonancia magnética y ecografía) para estimar trayectorias individuales de neurodesarrollo, seguimiento ocular potenciado por inteligencia artificial (IA) para la detección precoz de déficits cognitivos y visuales en recién nacidos de riesgo, e interacciones corazón-cerebro en cardiopatías congénitas mediante el uso de modelos avanzados de resonancia magnética e IA. En el proyecto también se investigaron los biomarcadores moleculares, que podrían utilizarse como indicadores precoces de lesiones cerebrales, y la modelización multidimensional de las trayectorias clínicas.
Validación en entornos clínicos reales
Se lograron avances significativos en los cinco objetivos, con tecnologías y métodos clave validados en entornos clínicos. Los investigadores pudieron demostrar, por ejemplo, que la neuroimagen mejorada con IA permite una estratificación del riesgo más temprana y precisa. El prototipo de seguimiento ocular personalizado también se validó en varios hospitales, donde se demostró su potencial de integración clínica. «En PARENT se investigó cómo las señales fisiológicas tempranas, incluidas las del corazón y el cerebro, pueden combinarse para comprender mejor la naturaleza multifactorial de las trayectorias del neurodesarrollo», señala Deriu. «Estos conocimientos tienen el potencial de apoyar estrategias de cribado integradas para el diagnóstico precoz y el seguimiento personalizado». Los investigadores también validaron la viabilidad de los diagnósticos moleculares en neonatos, lo que a su vez dio lugar a un nuevo proyecto financiado con fondos europeos y centrado en la nutrición infantil llamado GALATEA. También se llevó a cabo con éxito una modelización dinámica y predictiva del riesgo neonatal. «Se trata de un avance hacia la toma de decisiones clínicas personalizadas en tiempo real», afirma Deriu.
Responder a las necesidades de la sociedad
Otro éxito clave del proyecto fue el programa de formación, impartido a través de una serie de escuelas científicas(se abrirá en una nueva ventana) que desempeñaron un papel crucial en el desarrollo de las capacidades, la visión y la mentalidad colaborativa de los quince ESR. «Estas escuelas no eran meros módulos de formación, sino experiencias de inmersión, programadas estratégicamente a lo largo del proyecto para fomentar la experiencia vertical y la integración horizontal», explica Deriu. Más allá del currículo técnico, las escuelas promovieron un fuerte espíritu comunitario. «En este entorno, los ESR no solo aprendieron a trabajar en equipo, sino que también aprendieron a cocrear conocimientos, a sortear complejidades y a adaptarse al panorama rápidamente cambiante de la medicina neonatal», añade Deriu. «Las escuelas de PARENT sirven de modelo para futuras redes de formación que pretendan combinar profundidad, amplitud y cohesión en la formación de la próxima generación de innovadores en tecnología sanitaria». Otra lección clave que se desprende de la experiencia del proyecto PARENT ha sido la importancia de implicar activamente a las familias y a las asociaciones de pacientes en todas las fases de la investigación y la formación. «Aunque la excelencia científica y la innovación tecnológica son fundamentales, los proyectos de investigación logran en última instancia un impacto en el mundo real a través de un diálogo continuo con los pacientes y sus familias», señala Deriu. «Esto puede ayudar a garantizar que las nuevas herramientas, métodos y descubrimientos respondan eficazmente a las necesidades de la sociedad».