Transformación de los residuos de la industria marina en fertilizantes ecológicos
Además de los fertilizantes de origen biológico basados en subproductos agrícolas, también se pueden recuperar nutrientes de las industrias pesquera y acuícola. En comparación con las alternativas químicas, los fertilizantes de origen biológico ofrecen beneficios ambientales y agrícolas, incluyendo menor contaminación, mayor biodiversidad y regeneración del suelo. «Los fertilizantes de origen biológico reducen la dependencia de los fertilizantes importados de países extracomunitarios, lo cual contribuye a una mayor sostenibilidad agrícola y a la autosuficiencia regional», afirma Miriam Pinto, coordinadora del proyecto Sea2Land, financiado con fondos europeos. El equipo de Sea2Land(se abrirá en una nueva ventana) ha desarrollado una gama de nuevas fuentes de nutrientes, incluyendo efluentes nunca antes probados, como el agua de cocción de las conservas de pescado y las vísceras de pescado. Además de implementar tecnologías avanzadas y respetuosas con el medio ambiente que permiten el uso de fertilizantes de origen biológico para mejorar la recuperación de nutrientes y la eficiencia del procesamiento.
Nueve tecnologías de fertilizantes de origen biológico, siete casos de uso, seis áreas
El equipo de Sea2Land estableció siete plantas piloto en diversas regiones marinas europeas: en los mares Atlántico, Báltico, Cantábrico, Mediterráneo, del Norte y Adriático. Entre las tecnologías de interés se incluían la crioconcentración, que preserva la integridad de los nutrientes a la vez que reduce el consumo de energía, y la hidrólisis termomecánica para descomponer eficientemente la materia orgánica, liberando nutrientes biodisponibles. También se adaptaron procesos adicionales como el compostaje, la digestión anaeróbica, la filtración por membrana, el secado y la peletización, y la precipitación química. Se realizaron ensayos agronómicos en macetas y trabajos de campo para evaluar el potencial fertilizante de estas innovaciones de origen biológico. Esos estudios evaluaron la productividad de los cultivos y la salud del suelo, incluyendo la actividad biológica y el equilibrio de nutrientes, a la vez que analizaron la lixiviación de nutrientes para evaluar la contaminación del agua. Además, se llevaron a cabo simulaciones agrícolas —utilizando el conjunto de modelos informáticos de desnitificación-decomposición de la materia orgánica edáfica y el sistema de apoyo a la toma de decisiones para la tecnología agrícola— con el objetivo de predecir el rendimiento de la fertilización en diversos escenarios de cambio climático, como el aumento de las condiciones de sequía. Para validar los resultados del modelo y evaluar el rendimiento de los fertilizantes, se llevó a cabo otra prueba en un ecotrón(se abrirá en una nueva ventana) (instalaciones controladas para la investigación experimental de ecosistemas) con el objetivo de simular el escenario climático más extremo previsto. Los resultados revelaron que tanto los fertilizantes convencionales como los fertilizantes de origen biológico se ven afectados por factores climáticos adversos. Sin embargo, los fertilizantes de origen biológico demostraron un mayor nivel de resiliencia, a pesar de los desafíos ambientales, lo cual sugiere una solución más sostenible y adaptativa. «Nos sentimos especialmente orgullosos de nuestros sistemas de cultivo de microalgas para purificar aguas residuales y estimular la productividad agrícola, con el objetivo de recuperar nutrientes y producir biomasa rica en compuestos bioestimulantes», afirma Pinto. «Del mismo modo, los hidrolizados derivados de vísceras de pescado y otros residuos de origen biológico utilizados como bioestimulantes dieron resultados alentadores, ya que mejoraron el crecimiento de las plantas, su resistencia y la salud del suelo». El equipo de Sea2Land también llevó a cabo evaluaciones de ciclo comparando la huella ambiental con alternativas convencionales, centrándose en las emisiones de gases de efecto invernadero, el uso de energía y la eficiencia de los recursos. «Si bien nuestros fertilizantes de origen biológico demostraron ser prometedores en todas las categorías, sus impactos ambientales durante la producción y la aplicación requieren un mayor perfeccionamiento. «Los fertilizantes bioclimáticos son alternativas esenciales a los fertilizantes minerales, pero deben integrarse en prácticas agroecológicas para minimizar el impacto ambiental general de la agricultura», añade Pinto de NEIKER(se abrirá en una nueva ventana), la entidad anfitriona del proyecto.
Ejemplificar una serie de prioridades de la Unión Europea
Los resultados de Sea2Land respaldan directamente varias estrategias clave de la Unión Europea, como la del consumidor al agricultor(se abrirá en una nueva ventana) y la misión sobre el suelo(se abrirá en una nueva ventana), así como, de forma más general, el Pacto Verde. La recuperación de recursos a partir de subproductos de la industria marina y el fomento de la autosuficiencia regional en materia de fertilizantes ejemplifican los principios del Plan de Acción para la Economía Circular(se abrirá en una nueva ventana) y la Estrategia de Bioeconomía(se abrirá en una nueva ventana). Ya se han desarrollado casos de negocio para ampliar las tecnologías del proyecto, centrados en tres productos: fertilizantes para uso local, fertilizantes especiales de alto valor y servicios basados en la tecnología. «Una ventaja de contar con empresas involucradas en el proyecto es que facilita la transición de los prototipos a la explotación comercial», añade Pinto. Mientras tanto, el equipo sigue recopilando pruebas científicas para respaldar el reconocimiento oficial de esos fertilizantes de origen biológico como bioestimulantes y fertilizantes orgánicos de acuerdo con el reglamento europeo, allanando el camino para su integración en las prácticas agrícolas convencionales.