El plástico, listo para hacer estallar el vidrio en mil pedazos
Sin tratar, el policarbonato ofrece escasa resistencia física y química. De ahí la necesidad de recubrirlo de una capa fina de protección contra el rayado y de una capa de absorción de la radiación UV sin la cual se desprendería la capa protectora. Estas capas han sido desarrolladas para cristales para faros de policarbonato que cumplen todas las normas europeas y norteamericanas, salvo las relativas a la resistencia a la intemperie, que se confía en poder acatar tan pronto como se hayan introducido modificaciones menores. Además, de la información contenida en un estudio de viabilidad se desprende que al margen del sector del automóvil el policarbonato protegido puede sustanciar todo un arsenal de aplicaciones. Se pronostica que se harán más patentes las ventajas económicas de este nuevo procedimiento de protección, respecto a los métodos existentes, como el lacado, cuando se hagan efectivas nuevas normativas ambientales. No sólo eso, sino que, en términos ecológicos, no cabe duda de que el policarbonato es superior al vidrio en aplicaciones automovilísticas, tanto por el ahorro de peso como por el aerodinamismo del diseño, ambos factores de reducción del consumo de combustible.