El daño al DNA y el desarrollo del cáncer humano
Una forma de daño al ADN es la creación de aductos etenoicos de ADN. Los aductos etenoicos se crean después de ser atacadas las bases de ADN por metabolitos intermedios endógenos muy reactivos o por agentes medioambientales exógenos. Los aductos etenoicos generados interfieren en las interacciones entre las bases naturales. Como resultado, se introduce en la célula un número superior de mutaciones puntuales. Se cree que estas mutaciones causan cambios en la expresión del gen o interrumpen algunas cadenas de señales de la célula, lo cual desencadena enfermedades malignas y neurodegenerativas, y el proceso de envejecimiento. Un proyecto de investigación multinacional se ha dedicado a estudiar los mecanismos de formación de los aductos etenoicos, los agentes inductores y los sistemas de reparación endógenos. El análisis mutacional de los genotipos de los roedores y de la Drosophila, tratados con agentes generadores de aductos etenoicos, ha mostrado el efecto mutagénico preferencial en genes específicos y apuntado la existencia de vías potenciales de reparación capaces de eliminar los aductos etenoicos y restaurar las propiedades del ADN. Se han identificado enzimas que participan en estas vías y los estudios funcionales están en marcha. Los científicos han recurrido a métodos recién desarrollados para medir los aductos etenoicos de ADN en tejidos humanos. Los estudios de investigación con roedores y humanos han revelado conexiones entre los niveles de aductos etenoicos y los perfiles dietéticos. Se ha demostrado que el metabolismo y la absorción de lípidos generan aductos etenoicos de ADN in vivo. Se ha encontrado relación entre los niveles elevados de aductos etenoicos y pacientes con cáncer de colon, inflamaciones crónicas y enfermedades de almacenamiento de metales. Puesto que el daño al ADN probablemente ocurre en las fases iniciales de las enfermedades, los aductos etenoicos de ADN pueden servir como marcadores para identificar a los pacientes de alto riesgo, antes de que aparezca el menor síntoma clínico. El diagnóstico temprano beneficiará a la prevención y el tratamiento de la enfermedad. Estudios más extensos sobre el daño y las vías de reparación del ADN podrían llevar al desarrollo de nuevas terapias destinadas a reforzar los sistemas de defensa naturales de las células.