Sensores eficaces para el control de la calidad del agua
La industria, la agricultura y el suministro de agua se basan en el control preciso de la calidad del agua, para poder manejar con buen resultado los efluentes contaminantes antes de que entren en el medio ambiente y provoquen consecuencias terribles. También es importante advertir que la legislación de la Comunidad Europea y de cada país impone la ejecución de análisis cada vez más frecuentes y de ámbito más amplio acerca de la calidad de las aguas residuales que se viertan en el medio ambiente. Por consiguiente, las exigencias de calidad de estas industrias y de los usuarios finales con respecto a dichos sistemas de control son muy elevadas, e incluyen criterios de eficiencia, rentabilidad y precisión. Los sistemas tradicionales de control de calidad del agua utilizan sensores que no son lo bastante duraderos o fiables para un uso práctico eficaz de larga duración. Además, los datos sobre la calidad del agua se suelen registrar manualmente cuando se someten a un proceso de datos extensivo. Este método es muy caro y no siempre resulta exacto. Para solventar todos estos problemas y satisfacer las exigencias de control de la calidad del agua de los usuarios finales, un grupo de investigadores de Países Bajos, Reino Unido, España y Alemania ha desarrollado y verificado un sensor de nitrato y un sensor de pH en el interior de un único instrumento modular más flexible, rentable, robusto y fiable que las tecnologías actuales. La incorporación del sensor de nitrato y del de pH a un único instrumento modular no sólo constituye un avance tecnológico, sino que también muestra reducción de tamaño en comparación con los sensores actuales. La mayor robustez y fiabilidad satisfacen eficazmente las necesidades del sector, y el control en línea mejora la precisión. Las aplicaciones de mercado para esta tecnología son muy amplias, e incluyen efluentes agrícolas, la industria del agua y de aguas residuales, el control de aguas subterráneas y otros muchos sectores industriales. Básicamente, esta innovadora tecnología aumenta los niveles de calidad del agua y, al mismo tiempo, es rentable.