La cara cambiante de la biometría
La biometría es un medio de identificación de un individuo a través de sus características fisiológicas, como el iris, las huellas digitales, la cara o la voz. Prácticamente, en biometría se convierten, a través de un algoritmo, las características fisiológicas de una persona en datos que se guardan en una base de datos. Después, cuando esta persona necesita ser identificada, sus características, una vez captadas y codificadas a través del mismo algoritmo, se comparan con los otros códigos de la base de datos para verificar su autenticidad. El proyecto U-FACE, financiado por el programa IST de la Comisión Europea, ha utilizado la tecnología de la biometría facial para construir un método de control de acceso innovador. El sistema se basa en el uso de una cámara digital que examina la cara humana y obtiene los datos de imagen necesarios. Estos datos, a través de un software avanzado, se comparan con los datos autorizados almacenados y, si la cara es reconocida, se permite el acceso. También se requieren una contraseña y una tarjeta inteligente con los datos faciales digitalizados como medidas de seguridad complementarias, lo que hace al sistema aún más potente. El sistema se ha probado en la práctica médica y en una editorial, demostrando resultados sumamente prometedores. El reconocimiento facial demostró ser una solución muy atractiva ya que es natural, fácil de usar y supera la vacilación del usuario ante otros procedimientos biométricos como las huellas digitales y el reconocimiento del iris. Sin embargo, presenta ciertas limitaciones en relación con la calidad de la imagen y problemas debidos a los cambios faciales causados por el maquillaje, gafas, peinado, etc. Para ello se han desarrollado también modelos estadísticos de apariencia facial que han permitido sintetizar un número infinito de caras diferentes, basado en las posibles variaciones de la cara. La aplicación puede usarse en varias áreas que requieren autenticación segura como, por ejemplo, la industria de servicios financieros y el sector sanitario, donde los datos son muy sensibles. Además, el sistema admite aplicaciones en la autenticación de candidatos que se examinen vía Internet en el contexto de un curso de aprendizaje electrónico, o incluso en el control de la inmigración. Lo que resulta más fascinante aún es que las técnicas de U-FACE ya se están empleando para que las caras de los personajes de juegos de ordenador sean más realistas y convincentes.