Protección de la vida marina europea
Los efectos de los contaminantes orgánicos persistentes (POP) en los delfines y las marsopas de las aguas del Atlántico europeo fueron objeto de estudio en el proyecto BIOCET, financiado con fondos comunitarios. Se trataba de definir estos efectos en el ámbito reproductivo y determinar las formas en las que los POP se bioacumulan en estos mamíferos. Una de las aportaciones más importantes del proyecto fue ofrecer información nueva y vital sobre el sistema reproductor de los cetáceos y, por consiguiente, establecer vínculos con la toxicidad de los POP y sus efectos. Los científicos utilizaron la existencia de cicatrices ováricas para proporcionar información sobre el historial reproductivo del cetáceo. Concretamente, el objetivo era determinar el número de veces que habían estado preñadas anteriormente las madres, como parámetro principal para modelar la transferencia de contaminantes de las madres a las crías. A diferencia de la creencia común de que las cicatrices ováricas están relacionadas con la madurez de edad, los nuevos datos no presentan conexión alguna entre ambos factores. Los investigadores demostraron que la post-pubertad de las cicatrices ováricas no tiene que ver con la edad. De hecho, parece existir una estrecha relación entre estas cicatrices y el estado de reproducción instantáneo. En otras palabras, las cicatrices representan ovulaciones anteriores, y el recuento de las cicatrices corresponde a la velocidad de cicatrización. Es probable que estos datos tengan importantes consecuencias en la forma en que se transmiten los POP a las crías y la frecuencia con que se transmiten. Además, las cicatrices ováricas en sí mismas pueden utilizarse como una importante herramienta para conocer más la biología de los cetáceos. Esta línea de investigación se considera por tanto importante para los biólogos y expertos en medio ambiente.