Trazar el mapa de las características de la superficie para la gestión de las costas
El turismo y la industria perjudican a la naturaleza. Es necesario equilibrar estas actividades de forma tal que sea posible explotar de un modo óptimo la zona costera y al mismo tiempo reducir la implicación humana. Para ello hace falta introducir la gestión costera en distintos procesos. Por ejemplo, es imprescindible la monitorización de las fuerzas de erosión, como el viento, el oleaje, las corrientes y los pequeños torbellinos para la gestión de la costa. No obstante, para gestionar eficazmente la naturaleza costera resulta fundamental garantizar la transferencia sin pérdidas de la información medioambiental obtenida mediante la monitorización. OROMA, un proyecto de investigación financiado con fondos comunitarios, trató de proporcionar a los responsables de la gestión costera unos conocimientos profundos de la información contenida en los datos de la medición. Ampliando los conocimientos de la física implicada en las tecnologías de monitorización, se diseñaron novedosos métodos de sondeo de radares. El instrumento básico para realizar mediciones de la corriente fue un radar coherente con banda x, que funciona desde dos estaciones situadas en tierra o en un barco. En cada pulso del radar, se podía detectar no solamente la distancia y la intensidad del dispersor, sino el desplazamiento de fase debido al movimiento del mismo. El radar necesitaba la fase y la amplitud de la señal para determinara las características de la superficie. Para obtener los campos de la corriente en distintos ciclos de la marea, se obtenían series temporales del retrodispersor del radar desde las estaciones. La corriente de la superficie tenía que extraerse restando los vectores de la velocidad generada por el movimiento de las olas y el viento. El radar se operaba desde dos estaciones para obtener componentes de velocidad Doppler, que se corregían y se combinaban con los vectores de la corriente. El nuevo sistema de medición se creó como parte de un marco más amplio, con el fin de observar las características superficiales de alta resolución de la hidrodinámica, que se integrarían en una serie de herramientas de representación y trazado de mapa. Las aplicaciones del método son muchas y podría servir para ayudar a los ingenieros a planificar las obras civiles en las costas, así como para ayudar a los oceanógrafos que trabajan en la protección de las costas.