Un chip capaz de efectuar inyecciones de microfluidos en células
Investigadores del Instituto Fraunhofer de tecnologías biomédicas han logrado producir y probar un chip-jeringa cuyas dimensiones son 2,2 x 2,2 x 1 mm3. El avance más revolucionario es que en un volumen tan diminuto se hayan integrado una microaguja, una microbomba y todos los tubos necesarios. El chip es capaz de inyectar cantidades diminutas de líquidos en volúmenes de picolitros (pl). Esa capacidad requiere de agujas huecas diminutas que los investigadores consiguieron producir mediante unos procesos nuevos e innovadores de grabado de plasma. Concretamente, la punta de la aguja puede tener un diámetro de incluso menos de 2 micrómetros, si es necesario, y puede tener 25 micrómetros de longitud. Además, la propia aguja y el área que la rodea pueden estar hechas de materiales translúcidos para poder observar el proceso de inyección. El chip se llena sumergiéndolo en el líquido que se va a inyectar; después es capaz de realizar varios cientos de inyecciones. Un sensor integrado controla la microbomba termoneumática de forma que se inyecten cantidades iguales de líquido en cada inyección. Ya se ha comprobado con exhaustividad la capacidad de este microchip de practicar inyecciones en células en colaboración con un micromanipulador. Al estar hechos de silicio, estos chips se pueden producir en grandes cantidades con un coste inferior al de otros equipos de inyección celular en uso. La invención de este chip nos acerca a la posibilidad de realizar inyecciones celulares automatizadas. El Instituto Fraunhofer IBMT ha solicitado las patentes correspondientes y busca un socio interesado en desarrollar una plataforma de manipulación celular automática. Además, este instituto ofrece sus conocimientos sobre el desarrollo de sistemas en miniatura por medio de contratos de colaboración.