Alimentos funcionales a partir de hongos
El mercado de los antioxidantes está en auge. La mayor cantidad de información que llega a oídos del consumidor y el envejecimiento de la población europea son dos factores que han aumentado la demanda de aditivos alimentarios que protejan al organismo frente a los daños que causan los radicales libres. En la lista (cada vez más larga) de aditivos alimentarios seguros que combaten el envejecimiento se encuentran los carotenoides. Se trata de pigmentos orgánicos que dan su color característico a la yema del huevo y al caparazón de la langosta, y que se producen de forma natural en plantas y algunas bacterias y hongos. En Europa, diversos fabricantes emplean el hongo Blakeslea para la producción biológica de carotenoides, pero su rendimiento es considerablemente inferior al que se consigue por medios químicos. Por todo ello, el propósito del proyecto FUNGAL CAROTENOIDS era producir cepas fúngicas que generasen un mayor contenido de carotenoides. Se obtuvieron nuevos genotipos a base de inducir mutaciones por medios químicos e hibridar cepas genéticamente distintas (heterocariosis). El mutante más productivo consiguió multiplicar por cinco el contenido en carotenoides con respecto a los hongos naturales. Para facilitar la extracción de esporas de los mutantes más productivos se realizó un centrifugado. Las esporas de densidad baja se recogieron en la superficie, mientras que los cuerpos más densos de origen natural se acumularon en el fondo. A grandes rasgos, las esporas más livianas presentaban concentraciones más elevadas del pigmento. Se verificó la hipótesis de que la disminución de la densidad se debía a un contenido más alto de lípidos. Sin embargo, las indagaciones revelaron que el contenido en ácidos grasos de las esporas no aumentaba a la par que el pigmento en el fenotipo de las esporas más ligeras. Es preciso seguir investigando para esclarecer el motivo exacto de los cambios en la densidad de las esporas con mayor concentración de carotenoides. Otras técnicas empleadas para tratar de averiguar el motivo químico de dicha densidad baja fueron la cromatografía de capas finas y el uso de isótopos radiomarcados. Los suplementos nutricionales producidos de manera biológica poseen un valor comercial y dietético superior al de los producidos por medios químicos. La manipulación genética de microorganismos para aumentar la cantidad de estos aditivos parece una opción prometedora de cara a futuras investigaciones.
