Actitudes europeas frente al consumo de energía
En torno a una tercera parte del uso de la energía en Europa, y un 40 % de las emisiones de gases de efecto invernadero, se imputa a los hogares, y la reducción definitiva de las tasas de consumo dependerá principalmente del compromiso público y político. Así, el proyecto GILDED — «Governance, infrastructure, lifestyle dynamics and energy demand: European post-carbon communities» —, financiado con fondos comunitarios, se fijó el objetivo de someter a examen los factores que afectan al consumo de energía de los hogares europeos. La investigación pretendía interpretar los resultados de las políticas energéticas europeas tomando como base para el estudio cinco ciudades europeas de mediano tamaño, junto con las zonas rurales circundantes. Asimismo, GILDED se centró en crear recomendaciones sobre cómo se podrían modificar las políticas para aplicar cambios y adoptar un comportamiento más responsable con el medio ambiente. El consorcio del proyecto, integrado por ocho miembros, se mantuvo activo entre diciembre de 2008 y abril de 2012. Los investigadores participantes realizaron entrevistas semiestructuradas con habitantes de las cinco áreas objeto de estudio, esto es, República Checa, Alemania, Hungría, Países Bajos y Reino Unido, y las encuestas llevadas a cabo abordaban la cuestión de la huella de carbono. Los análisis de los resultados pusieron de relieve un grado de preocupación y confusión en relación con la forma en que el uso de la energía afecta al cambio climático. El proyectó concluyó que el cambio de comportamiento puede lograrse de manera más efectiva poniendo el foco, no solo en el cambio climático, sino también en el despilfarro que genera la energía no sostenible. Además, la mayoría de la gente creía que podrían aportar muy poco de forma individual, pero que estaban dispuestos aceptar de forma colectiva las exigentes medidas de los gobiernos. Las partes interesadas y el público en general necesitan información clara sobre el impacto de la acción colectiva. En consecuencia, el proyecto señaló que sería necesario destinar financiación para cambiar el comportamiento y que deberían proporcionarse ejemplos de buenas prácticas. Otros trabajos del proyecto incluyeron la evaluación de las limitaciones en materia de infraestructuras y políticas públicas que afectan a la reducción de la demanda de energía. Asimismo, el equipo creó un prototipo de modelo basado en agentes sobre la demanda energética comunitaria y elaboró dos documentos de políticas. El proyecto GILDED contribuyó a adoptar una nueva perspectiva sobre las consecuencias identificadas en materia de energía que presentaban las diversas decisiones de los hogares. En definitiva, la información obtenida sirvió para proporcionar recomendaciones sobre el cambio y la implantación de políticas.
Palabras clave
Consumo de energía, hogares, demanda de energía, comunidades postcarbono, políticas energéticas