Carbón: matar dos pájaros de un tiro
El metano de mantos carboníferos es un importante recurso energético y se emplea como gas natural convencional. La recuperación de metano se puede lograr por medio de la inyección de gas CO2. Se basa en el principio de que el carbón presenta una mayor afinidad con el CO2 que el metano y por este motivo, cuando hay CO2, el metano del carbón se sustituye por CO2. El resultado es la producción de metano y el almacenamiento del CO2 en los mantos carboníferos. Por consiguiente, al inyectar CO2 en las capas de carbón no sólo se consigue una mayor recuperación mejorada del metano de mantos carboníferos (ECBM), sino también el almacenamiento de gases de efecto invernadero (GEI) en depósitos subterráneos. El principal objetivo del proyecto europeo MOVECBM («Monitorización y verificación del almacenamiento de CO2 y ECBM en Polonia») fue mejorar el conocimiento sobre las cuestiones relacionadas con la inyección de CO2 en el carbón. Los problemas abordados en el marco de este estudio incluyeron la seguridad del almacenamiento de CO2 en el carbón, su tasa de absorción y la accesibilidad física al metano. Para comprender mejor la cinética de la absorción y la difusividad de los gases en el carbón, los socios del proyecto inyectaron CO2 y, por medio de sistemas de perfilado con lapso de tiempo, controlaron su migración al carbón y la liberación de metano. Se exploraron posibles mecanismos de degradación y a través de imágenes de alta resolución, se pudieron identificar fenómenos de corrosión y fugas al comparar diferentes materiales, como el cemento y el acero. Se llevó a cabo un proceso de monitorización continua cerca de la superficie para garantizar la seguridad de personas y medio ambiente de forma rentable. En general, en el contexto del proyecto MOVECBM se desarrollaron herramientas para monitorizar y modelar el comportamiento del CO2 y el metano a largo plazo en el manto carbonífero. Esta tecnología se puede implantar para la producción de metano, que constituye una fuente de energía más limpia. Además, el almacenamiento de CO2 en yacimientos de carbón tiene importantes consecuencias medioambientales.