Implicaciones genéticas de la sobrepesca
La pesca es la causa principal de muerte entre los peces. La presión ejercida por esta actividad sobre las poblaciones de bacalao, lenguado y otras especies comerciales ya ha sido objeto de estudios en el pasado, pero en su mayoría se ha pasado por alto el aspecto de la genética. En el proyecto FINE («Evolución inducida por la pesca»), que contó con financiación de la Unión Europea, se reunió un equipo multidisciplinario con el objetivo común de cambiar la situación. Su plan consistía en realizar análisis fenotípicos y genéticos para desarrollar un modelo ecogenético que permitiera describir la manera en que la pesca modifica la fisiología de los peces. La metodología propuesta en FINE se puso a prueba por medio del estudio de casos prácticos en los que se examinó la evolución de las poblaciones de peces explotadas en aguas próximas a Europa y Norteamérica. De este modo se obtuvo información muy ilustrativa sobre diferencias entre poblaciones de zonas con actividad pesquera y poblaciones de otras zonas. El hallazgo más preocupante fue que, según el modelo, los cambios genéticos hacían vulnerables a los peces e impedían la recuperación de la población. La conclusión más importante de FINE es que en efecto existen umbrales de población por encima de los cuales el efecto de la pesca es limitado. Esta información se empleó posteriormente para formular estrategias de gestión pesquera que permiten al sector seguir funcionando pero al mismo tiempo asegurar la existencia de poblaciones de peces sanas en beneficio de las generaciones venideras. Los resultados del estudio FINE se han dado a conocer a diversos colectivos interesados por distintos canales, entre ellos varias publicaciones, y resultan pertinentes para la Política Pesquera Común (PPC) de la UE.