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Renewable fuels for advanced powertrains (RENEW)

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Uso de residuos orgánicos de origen vegetal como combustible para automóviles

La Unión Europea está comprometida con el propósito de desarrollar energías alternativas. Una de las principales áreas de actuación son las aplicaciones móviles, es decir, los motores de combustión para automoción. Un grupo de investigadores financiado por la Unión Europea ha realizado estudios de viabilidad de los que se ha desprendido la recomendación de usar biomasa lignocelulósica, la materia prima renovable más abundante del planeta, para producir combustibles líquidos para automóviles.

El proyecto RENEW («Combustibles renovables para sistemas de transmisión avanzados») tenía el objetivo de investigar la viabilidad de convertir biomasa lignocelulósica en biocombustibles líquidos (BtL) en distintas regiones europeas para usarla en los vehículos a motor actuales y futuros. En primer lugar, los investigadores evaluaron la disponibilidad de biomasa lignocelulósica en cada región con el requisito previo de no alterar la producción de alimentos, piensos para animales ni fibras. Entre las regiones con la mayor densidad de biomasa se encuentran el centro de Francia, Alemania oriental y Polonia occidental. Tras evaluar a fondo la distribución de los costes y los costes de producción, los investigadores concluyeron que las regiones más adecuadas para instalar las primeras plantas de BtL para sintetizar gasoil (cEF-D, gasificación con lecho arrastrado a presión centralizada para generación de diésel) y dimetil éter (BLEF-DME, gasificación con lecho arrastrado a presión de lodo negro para la producción de dimetil éter) a escala industrial son Polonia occidental y Suecia. El gasoil BtL y el dimetil éter BtL son combustibles alternativos favorables y aptos para los sistemas de transmisión actuales, pues podrían dar lugar a reducciones importantes en el consumo y las emisiones en sistemas de transmisión futuros. Además, el impacto medioambiental se podría minimizar mediante una producción de biomasa más sostenible, la introducción de nuevas especies y el aumento en la eficiencia de conversión. En resumen, las perspectivas para convertir biomasa en combustible líquido para usarlo en el sector del transporte son alentadoras en toda Europa. La consideración de las directrices de RENEW debería dar lugar a la construcción de las primeras plantas de BtL a escala industrial, lo cual aportará beneficios económicos y medioambientales tanto para la industria como para los consumidores europeos.

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