Superficies más higiénicas y seguras para centros sanitarios
Los recubrimientos higiénicos están muy extendidos en hospitales, centros de enseñanza, restaurantes y muchos otros inmuebles. No obstante, la tecnología empleada en la actualidad no siempre consigue prevenir la aparición en las superficies de colonias microbianas formadas por bacterias y hongos. La legislación relativa a la salud y la seguridad en los centros sanitarios resulta cada vez más rigurosa y, a raíz de ello, el proyecto Hycore («Recubrimientos higiénicos con emisión controlada de ingredientes activos») se puso en marcha con el propósito de desarrollar nuevos recubrimientos que contuvieran sustancias biocidas que se liberasen de manera controlada, contribuyendo así a eliminar o prevenir la formación de colonias bacterianas y fúngicas. Los investigadores diseñaron los recubrimientos de forma que se pudieran utilizar disolventes de base acuosa y no orgánica, previniendo así la emisión de compuestos orgánicos químicos (COV) durante el proceso de fabricación y favoreciendo un entorno menos perjudicial tanto para los trabajadores como para el conjunto del planeta. Además, los nuevos recubrimientos son fáciles de limpiar y resistentes a la degradación química y la destrucción por medios físicos. Por consiguiente, el personal de limpieza puede emplear una cantidad mucho menor de desinfectantes y los recubrimientos duran mucho más. Todo ello conlleva un ahorro de costes y ventajas para la salud gracias a una menor exposición a sustancias químicas potencialmente nocivas. Por último, el efecto pretendido —el descenso de los microbios en centros supuestamente sanitarios— debería disminuir los casos de infección entre trabajadores y demás interesados, reducir la necesidad de recetar antibióticos y, por tanto, frenar la evolución de cepas de microbios resistentes a los antibióticos. En suma, el proyecto Hycore propició mejoras considerables en el ámbito de los recubrimientos de superficies antimicrobianos. La comercialización de sus frutos podría ejercer efectos profundos en la salud, la seguridad y el medio ambiente, desde el proceso de fabricación hasta el usuario final y, en definitiva, potenciar la competitividad europea en un mercado mundial inmenso.