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Grandes logros de IDT — Jóvenes innovadores desarrollan estructuras aeronáuticas de materiales compuestos

Pese a que los materiales compuestos, o composites, son más livianos y duraderos que los materiales convencionales, el uso de los primeros en la producción de estructuras aeronáuticas ha sido limitado por los elevados costes que conlleva. Ahora una avispada PYME europea ha desarrollado un nuevo método para la construcción de un cono de cola para avión a base de material compuesto que permitirá el despegue de un transporte aéreo más eficiente.

Tecnologías industriales icon Tecnologías industriales

Coriolis Composites S.A.S es una PYME innovadora con sede en Francia creada por tres ambiciosos estudiantes de ingeniería y que en sus primeros pasos contó con el apoyo de varias becas de investigación académica. Está especializada en el desarrollo, la comercialización y la distribución de tecnologías de colocación de fibras (fibre placement). El director técnico de Coriolis, Alexandre Hamlyn, explicó que la empresa nació del deseo de tres jóvenes ingenieros de construir mejores cascos de embarcaciones deportivas de un modo automático. «Nos encantaba la navegación; es así de sencillo.» Pero en cuestión de unos pocos años, su actividad en el campo más amplio de los materiales compuestos progresó a pasos agigantados, de tal modo que Hamlyn y sus colaboradores traspasaron los límites establecidos y se situaron a la vanguardia de un sector industrial de proyección mundial. El uso de materiales compuestos en la industria aeronáutica se elevó hasta las alturas a principios del nuevo siglo, con el lanzamiento del primer avión Boeing íntegramente de carbono, el 787 Dreamliner. Este acontecimiento marcó el destino de Hamlyn y su equipo, con quienes se puso en contacto el gigante aeroespacial Airbus, interesado en emplear las tecnologías de Coriolis para fabricar sus propios componentes aeronáuticos basados en materiales compuestos. Hamlyn asegura que su empresa ya nunca volvió la vista atrás. Actualmente su organización cuenta con una plantilla de más de cuarenta trabajadores entusiastas y muy cualificados que colabora a diario con destacadas entidades industriales y científicas, entre ellas Daher Aerospace, el Laboratorio Nacional de Aeronáutica (NLR) de los Países Bajos y Honeywell. Su empresa es también un participante clave en el proyecto financiado con fondos europeos Advitac («Advanced integrated composite tail cone»). El despegue de los materiales compuestos Para la industria aeronáutica, los costes de producción siempre han sido un factor limitante de cara al uso de materiales compuestos. El método de fabricación convencional, que consiste en el apilado manual de láminas preimpregnadas de material y el posterior curado en una autoclave, resulta complejo y trabajoso, lo que imposibilita un grado elevado de integración de piezas y encarece los costes. Sólo el montaje (colocación, taladrado y remachado) representa entre el 20 y el 30 % del coste total de esta clase de fabricación. Hamlyn informó que, en el proyecto Advitac, Coriolis está aplicando un método más avanzado desarrollado por otro proyecto financiado con fondos europeos llamado AUTOW. Este nuevo método consiste en preformar un tejido seco para obtener un componente de determinada forma, colocarlo en un molde, inyectarle resina y curarlo. Según explicó: «Hasta ahora, este tipo de técnica más avanzada de colocación de fibras estaba limitado por las trayectorias que podían seguir las máquinas robóticas. Pero nuestro método nos permite obtener piezas integradas y muy complejas.» El sistema puntero de Coriolis de colocación de fibras se sustenta en robots poliarticulados y software sofisticado. El robot de Coriolis, basado en máquinas empleadas en origen en la industria de la automoción, costará entre 1 y 3 millones de euros, mientras que los robots equivalentes producidos en los Estados Unidos cuestan en la actualidad no menos de 4 millones de euros. Todo encaja Según informó Hamlyn: «Nuestro cono de cola aeronáutica de material compuesto pesará un 10 % menos y no precisará de fijaciones. Por consiguiente, pueden emplearse materiales menos costosos y procesos de mecanizado más sencillos. Esto también incrementa la eficiencia operacional y reduce el ruido, el consumo de combustible y la emisión de óxido de nitrógeno». Advitac representa un método muy destacado de investigación industrial avanzada en el sector aeronáutico que permite a empresas pequeñas como Coriolis cumplir un gran papel, disfrutando de mayor libertad para fijar sus propios programas de trabajo, y trabajar más cerca del ámbito de la explotación dentro de la cadena de desarrollo y fabricación. Hamlyn valora muy positivamente este método y opina que su empresa ha obtenido una experiencia valiosa al trabajar con pesos pesados de este sector que le ha permitido prever los requisitos de los usuarios finales, sobre todo en lo relativo a especificaciones de materiales y procesos. Éste concluyó diciendo: «Advitac involucra a todos los socios necesarios para hallar soluciones nuevas para la cadena de procesado en su totalidad, desde el diseño hasta la producción, incluyendo a usuarios finales, incrementando así al máximo las posibilidades de obtener resultados y, en última instancia, de alcanzar el éxito comercial». - Nombre completo del proyecto: «Advanced integrated composite tail cone» - Acrónimo del proyecto: Advitac - página web del proyecto Advitac - Número de referencia del proyecto: 234290 - Nombre/país del coordinador del proyecto: Daher Aerospace (Francia) - Coste total del proyecto: 5,9 millones de euros - Aportación de la Comisión Europea: 4 millones de euros - Inicio y finalización del proyecto: mayo de 2009 a noviembre de 2012 - Países de los socios restantes: Bélgica, Brasil, España, Francia, Países Bajos, Rumanía, Reino Unido